Desde Brasilia
Fueron doce horas fatídicas para Jair Bolsonaro. Este sábado poco después de las siete de la mañana fue detenido Anderson Torres, uno de sus hombres de confianza y alguien que debe concer secretos comprometedores. Doce horas antes de la prisión, a las diecinueve horas del viernes, la Procuraduría General de la República solicitó al Supremo Tribunal Federal, y éste aceptó, investigar al exmandatario de extrema derecha por ser el presunto instigador del golpe fallido contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva perpetrado el domingo pasado.
El comisario
El comisario Anderson Torres, de mirada filosa, fue detenido el sábado en el Aeropuerto Internacional Juscelino Kubitscheck, de Brasilia, a poco arribar procedente de Florida, Estados Unidos. Inmediatamente después lo trasladaron en vehículos de la Policía Federal a una unidad donde se lo interrogó. El ministro del Justicia de Lula, Flavio Dino, uno de los funcionarios importante del gabinete, fue informado de las diligencias policiales.
En su condición de secretario de Seguridad Pública de Brasilia Torres desmontó la cúpula de la Policía Militar, separando de sus cargos a los oficiales especializados en grandes eventos públicos, días antes del aluvión golpista ocurrido el domingo.
El saqueo de las sedes de la Presidencia y los poderes Legislativo y Judicial se llevó a cabo ante la mirada, y en ocasiones con la ayuda, de los pocos agentes destacados en el lugar. El jueves pasado al hacer el primer balance extenso de los hechos, Lula acusó a la policía de Torres y a las Fuerzas Armdas de «connivencia» con el «golpe» y ordenó al ministro Dino. ir a fondo en la investigación para que el complot no quede impune.
Además de ser responsable de la inoperancia de los policías, Torres envió un número reducido de efectivos para proteger los predios más importantes de la República, otro agravente que contribuyó a que se pida su arresto. El en marco del proceso abierto por el Supremo, Torres seguramente será indagado sobre por qué dejó Brasilia y viajó a Estados Unidos, donde se habría reunido con Bolsonaro, poco antes del estallido de ultraderecha.
Desde el oficialismo , el senador Randolfe Rodrigues, calificó como «muy sospechoso» el viaje del comisario a Estados Unidos y estimó plausible que estuviera informado de antemano del estallido del domingo. El levantamiento fue coordinado mediante mensajes en clave a través de las redes sociales bolsonaristas, a las cuales seguramente tuvieron acceso tanto Torres como Bolsonaro y su alto mando. En esta mesa reducida de poder participan tres hijos del exgobernante: el senador Flavio, el diputado Eduardo y el consejal Carlos.
Bolsonaro instigador
El juez Alexandre de Moraes, del Supremo, analiza enviar un interrogatorio a Jair Bolsonaro, de vacaciones en Orlando, estado de Florida, tras incluirlo como investigado en el proceso sobre los saqueos del domingo. En sus fundamentos el núcleo de fiscales especializados en «actos antidemocráticos», que eleboró la querella, sostiene que el exmandatario fue el «instigador» del levantamiento.
La referida incitación , siguen los fiscales, se entronca con la política que Bolsonaro implementó en sus cuatro aos de gobierno para «minar» la «confianza» en las instituciones democráticas. Ya sea poniendo en duda la credibilidad de las urnas electrónicas con que se realizaron los comicios vencidos por Lula en octubre, ya sea instando a sublevarse contra el Supremo Tribunal Federal.
En ese sentido la presentación de los fiscales cita un posteo reciente de Bolsonaro en el que volvió a poner en duda el triunfo de Lula y sembrar el fantasma del fraude, tesis defendida por sus seguidores más radicales.
Tres hitos
Desde sus años da diputado federal Bolsonaro nunca dejó de reivindicar la dictadura militar (1964-1985), hábito que continuaría cultivando durante su mandato presidencial (2019-2022).
Como mandatario atacó cotidianamente a las instituciones adoctrinando a sus millones de adeptos con discursos y apariciones bien coreografiadas. Habló contra la democracia en la playa, en templos evangélicos y en actos luego de encabezar caravanas junto a centenas de motociclistas en todo el país. Al uso de los cortejos de motos realizados en los años treinta del siglo pasado en Italia por Benito Mussolini: el Duce cuya gesticulación ampulosa a veces resurge en las expresiones de este ex capitán del Ejército brasileño.
Si hay que escoger los momentos apoteóticos de esa política con que Bolsonaro hostilizó a la democracia, el primero de ellos sucedió el 7 de setiembre de 2021, Día de la Independencia, cuando cientos de miles de personas con camisetas amarillas de la selección , se dieron cita en dos actos: por la mañana en Brasilia y luego en San Pablo. Allí el entonces presidente hosilizó al Supremo Tribunal Federal e insultó a varios jueces, especialmente Alexandre de Moraes. En esos días de setiembre ocurrió un ensayo de asalto al Supremo (finalmente materializadao el domingo), por parte de una caravana de camiones junto a los cuales estaba Eduardo Bolsonaro.
El 7 de setiembre de 2022, Bolsonaro lideró otras dos concentraciones inmensas. La primera por la mañana en Brasilia , donde hubo un desfile donde quedó demostrado el apoyo militar a su reelección. Y posteriormente en Rio de Janeiro. Los dos mítines tuvieron un carácter fascistoide y golpista. El otro hito de este in crescento sucedió el domngo ocho de enero, al que se podría llamar «8 E».
EL «8 E»
Este tercer momento fue el ataque más violento contra la Presidencia, el Congreso y la Corte del que se tenga memoria en Brasilia, por parte de miles de bolsonaristas , buena parte de ellos procedentes de un campamento instalado junto al Cuartel General del Ejército.
Ni Bolsonaro ni el comisario Torres estaban en la Capital Federal, pese a lo cual fiscales y ministros tienen la certeza de que ellos fueron clave en este intento de derrocar al gobierno iniciado el primero de enero.
Un eslabón
En medio de la recontrucción del Palacio del Planalto y el arresto de más de mil extremistas acampados al lado del Ejército, el martes la Policía Federal descubrió en la residencia de Torres un borrador , escrito a mano, sobre un proyecto para que Bolsoanro declare el «estado de Defensa», mediante el cual se intervendría la Justicia electoral y declararía la nulidad de los comicios en los que fue electo Lula.
Para el ministro de Justicia Dino, ese documento es apenas un «eslabón» dentro de la cadena de iniciativas golpistas urdidas por el bolsonarismo hasta pocos días antes de su finalizar el gobierno, el 31 de diciembre.
Según el funcionario ese informe de tres páginas tornó muy complicada la situación del comisario Torres y puede desencadenar en una condena contra Bolsonaro, cuya prisión no está descartada cuando retorne de Estados Unidos, donde tendrá que renovar su visa ya que ingresó el 30 de diciembre en calidad de presidente, mandato que ya no ostenta.
Biden y Trump
Desde Estados Unidos llegan informaciones de todo tipo sobre el expresidente. Algunos especulan que paremanecerá en aquel país para huir de la Justicia brasileña, otros hablan de su radicación en Italia donde podría tramitar la ciudadnía. Y no se descarta que desembarque en Brasilia en breve para evitar que parte de su electorado comience a distanciarse , lo mismo que dirigentes de su agrupación, el Partido Liberal.
También trascendió que podría visitar a su aliado Donald Trump, en Florida, donde ya se reunieron cuando ambos eran presidentes. Cada movimiento del exmilitar sudamericano es monitoreado por el FBI y diputados del Partido Demócrata preocupados ante la intentona golpista del 8 E y eventuales replicas que podrían ocurrir en los próximos meses.
Ese grupo de legisladores demócratas hizo saber a su correligionario, el presidente Joe Biden, que no estaría mal expulsar Bolsonaro por considerarlo un personaje «peligroso» que estaría utilizando territorio estadounidense como cuartel general de sus conspiracones.
Diplomáticos europeos establecidos en Brasilia coinciden con la preocupación de los diputados demócratas sobre la andanzas de Bolsonaro y su entorno, en el cual estuvo Torres hasta el viernes a la noche cuando embarcó hacia Brasilia para su posterior arresto. De acuerdo con estos diplomáticos desde Estados Unidos se han articulado varias iniciativas de la extrema derecha con impacto global – entre las cuales está asonada brasileña – bajo la orientación de Steve Bannon y otros exconsejeros de Trump.
El diputado Eduardo Bolsonaro es el enlace con Bannon y Jason Miller – publicista de derecha y creador de la red social Getrr – con quienes se reunió recientemente. En esos encuentros el hijo del exprsidente habría sido aconsejado a radicalizar los ataques contra Lula, primero desconociendo su victoria y luego alentando acciones directas siguiendo el modelo del asalto al Capitolio en 2021. Por cierto, eso fue lo ocurrido el 8 E.