Cientos de miles de fanáticos del fútbol en Bangladesh corearon «Messi, Messi» entre lágrimas de alegría y bailaron en las calles de ciudades y pueblos de ese país asiático para celebrar la victoria de Argentina en el Mundial de Qatar. Ondeando la bandera albiceleste y luciendo la icónica camiseta con el número 10 de Lionel Messi, hinchas jóvenes y veteranos marcharon de manera improvisada para festejar el agónico triunfo por penales sobre Francia en la final de la Copa del Mundo.
«No sé por qué estoy llorando, pero estoy llorando por él», dijo Nafium Rahman Zian, aficionado al fútbol de 18 años y fan declarado de Messi. «Años de espera para ver al amor de mi vida, el pequeño mago, sostener el trofeo más prestigioso, que tanto deseaba», agregó Rahman.
Cientos de miles de bangladesíes inundaron las calles, según la policía, para ver el partido en pantallas gigantes en las principales plazas de la capital, rutas y potreros de fútbol. La mayor multitud se congregó en el campus de la Universidad de Daca: hombres y mujeres jóvenes con la bandera argentina pintada en las mejillas siguieron el encuentro con fervor.
Los fanáticos se emocionaron cuando Messi abrió el marcador con un penal. Al anotar Ángel Di María el segundo gol argentino, la multitud simplemente enloqueció. «Simplemente no puedo expresar lo feliz que estoy», dijo Imon Gazi mientras se frotaba los ojos. «Messi ha probado que es el mejor jugador del mundo. Es incluso mejor que Diego Maradona o Cristiano Ronaldo», expresaba por su parte Mohammad Hasan, de 19 años.
Fanáticos de la Copa del Mundo
Bangladesh, país de 170 millones de habitantes, es conocido por su fervor por el cricket debido a que su equipo nacional está en la élite mundial de ese deporte, pero no así en el fútbol: su selección puntúa siempre entre las últimas en la clasificación para el Mundial. Y pese a ello, cada cuatro años, con la celebración de la Copa del Mundo, el país renueva su historia de amor con el deporte más popular y los jóvenes se dividen en gran medida en dos grupos rivales a favor de Argentina o Brasil. En las zonas rurales los aficionados incluso pintan las casas con los colores de la bandera de su equipo.
Pero ese fervor también deriva en tragedias. Al menos siete jóvenes murieron durante la competición este año al electrocutarse cuando trataban de colgar banderas de postes eléctricos o al caer de azoteas, según la policía. A su vez, al menos tres personas perdieron la vida en enfrentamientos entre fanáticos de equipos rivales en zonas rurales del país.