Página/12 en Chile
Desde Santiago
Santiago se estremeció en la víspera del 50 aniversario del golpe de Estado contra Salvador Allende. La marcha por los derechos humanos, en la que participó el presidente Gabriel Boric, se vio alterada por algunos incidentes provocados por grupos de infiltrados vestidos de negro. Seis ventanales de La Moneda fueron dañados: un hecho más que simbólico cuando se recuerda que hace medio siglo, aviones caza de la Fuerza Aérea chilena bombardearon el palacio presidencial.
En la mañana, Boric y su compañera Irina Karamanos se sumaron a la marcha en Morandé 80, la puerta de La Moneda donde el gobierno instaló un memorial vidriado en el que se ven los zapatos que usó Allende el día del golpe de Estado. Por esa puerta fue retirado el cuerpo del presidente socialista, después de que luchó hasta el último minuto dejando su vida.
Eduardo Enríquez agitaba la bandera del Partido Comunista parado ante la fachada del palacio gubernamental. Este empleado en una empresa constructora dijo que marchaba para homenajear al líder de la Unidad Popular. «Allende fue un hombre digno, que se jugó toda su vida por nuestro pueblo, por la integración latinoamericana y que dio combate contra las fuerzas neofascistas que se levantaron en nuestro país».
Boric caminó un pequeño tramo de la marcha junto a referentes de organizaciones de derechos humanos, como Alicia Lira. La presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos se mostró optimista con el Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia. El gobierno de izquierda anunció el 30 de agosto la búsqueda de 1100 desaparecidos.
«Por primera vez hay un gobierno que marca un precedente como Estado al comprometerse a la búsqueda de desaparecidos» afirmó Lira a Página/12. Y agregó: «Hubo reuniones con las agrupaciones de familiares, con sobrevivientes y con colectivos de memoria, fue un trabajo conjunto» .
Los hechos históricos
El 11 de septiembre de 1973 marcó el inicio de una larga dictadura que causaría 3.065 desaparecidos y muertos y 40.018 presos y torturados. Un golpe perpetrado con la connivencia de Estados Unidos, como lo confirman los informes publicados por Peter Kornbluh, analista del Archivo de Seguridad Nacional estadounidense. Este fue un método encubierto de la CIA que investigó la periodista Patricia Verdugo décadas atrás en su libro Salvador Allende. Cómo la Casa Blanca provocó su muerte.
Desde aquel 11 de septiembre, los Chicago Boys, como se denominó a los economistas neoliberales que acompañaron el golpe de Estado de Augusto Pinochet, llevaron a Chile a una situación de mayor pobreza y desigualdad. Y luego la Constitución de 1980 sentó las bases de una política económica ultraneoliberal.
Para Mauricio Godoy esta fecha es una ocasión especial para movilizarse. «Cincuenta años es recordar la masacre que se perpetró a partir de 1973: degollados, quemados, detenidos desaparecidos y el terror que duró 17 años. Hay que tener viva la memoria. Que se sepa dónde están los detenidos desaparecidos».
La derecha no repudia
La oposición chilena se crispó en estos días. Los partidos de derecha –Renovación Nacional (RN), Unión Democrática Independiente (UDI) y Evópoli– rechazaron firmar un documento promovido por Boric cuya intención era condenar el golpe con todos los partidos del país. El expresidente Sebastián Piñera finalmente suscribió con su firma, pero no participará de los actos conmemorativos.
El exmandatario conservador que en 1988 votó por el «No» a la continuidad del dictador, sorprendió con su polémica declaración en una reciente entrevista televisiva: «La principal responsabilidad (del golpe) es del gobierno de la Unidad Popular, que con una minoría quiso imponer un modelo de sociedad marxista».
Con su cartel en lo alto que decía «Nacimos para vencer», la joven Pamela Figueroa de 33 años, se mostró preocupada por los planteos que minimizan las violaciones a los derechos humanos. «Estamos en contra del negacionismo de la derecha. No se puede olvidar la historia porque así la historia no avanza» .
En momentos en que la ultraderecha crece en varios países de la regón, mandatarios como el mexicano Andrés Manuel López Obrador y el colombiano Gustavo Petro, estarán presentes este lunes en La Moneda. También participarán del acto el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou y el exmandatario José Pepe Mujica.
Estaba previsto también que asistiera el Presidente Alberto Fernández, pero la Cancillería chilena informó este domingo que canceló su participación a última hora porque «se atrasó su agenda en la reunión del G20», que se está celebrando en India.
Diputados que justifican el golpe
La semana pasada, varios legisladores de derecha abandonaron la Cámara de Diputados en medio del homenaje que desde la institución, se rindió a tres diputados que fueron detenidos y desaparecidos de la dictadura. Es más, Jorge Alessandri, un político mediático de la UDI, llegó a decir: «Yo justifico el golpe militar. Íbamos por un camino peligroso para el país».
Según el relato de sectores de la derecha, «no hay Pinochet sin Allende», un relativismo histórico que intenta justificar el golpe de Estado. En el último tiempo proliferaron comentarios negacionistas como el de la diputada Gloria Naveillán del partido Social Cristiano. La legisladora tildó como mito urbano la violencia sexual en la dictadura.
«Paco, cobarde, tus manos tienen sangre», gritó un hombre que levantaba la foto de un desaparecido ante la mirada de los Carabineros que vigilaban el camino.
Gaby Rivera Sánchez, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, encabezó una de las columnas junto al español Baltasar Garzón. Para Rivera Sánchez «es una emoción muy grande ir marchando con el compañero Baltasar Garzón, con las compañeras de las agrupaciones de familiares, con las diputadas». El exjuez se hizo popular en América latina en 1998 al emitir la orden internacional de detención del dictador chileno.
Agitando el lienzo con la frase «Verdad y Justicia Ahora», Rivera Sánchez afirmó que «lo más importante es el homenaje a nuestros caídos el 11 de septiembre. Hoy día tenemos más esperanza para seguir buscando a nuestros compañeros». Su padre fue asesinado por la dictadura y sus restos fueron recuperados 25 años después del crimen.
El recuerdo de Víctor Jara
Avanzada la marcha, irrumpieron unos grupos de encapuchados de negro. Los medios chilenos hicieron largas transmisiones con imágenes de jóvenes rompiendo vidrios y atacando a militantes. También cuando tiraron objetos contra los ventanales del Palacio de La Moneda y violentaron tumbas en el Cementerio general, entre ellas las del pinochetista Jaime Guzmán, creador de la Constitución del 80.
A lo lejos, un auto transmitía a través de un parlante la canción de Víctor Jara «El derecho de vivir en paz». El cantautor, torturado y asesinado por la dictadura de Pinochet, puede descansar en paz. Hace dos semanas, la Corte Suprema ratificó la condena a siete exoficiales por el crimen de Jara, que ocurrió días después del golpe de Estado. Los que marcharon visitaron su tumba.