El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, rechazó la propuesta del líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, para que le dé su apoyo para gobernar dos años en solitario ante la falta de respaldos para su investidura. El líder socialista denegó la petición inmediatamente. «He ofrecido un pacto de Estado, pero Sánchez prefiere pactar con los independentistas», señaló Feijóo en una conferencia de prensa luego de la reunión que ambos mantuvieron sobre su debate de investidura, previsto para el 26 y 27 de septiembre, en el que intentará formar gobierno.
En el encuentro que duró apenas una hora, el líder del PP le pidió a Sánchez que se abstenga en esa votación para facilitar una legislatura por dos años, para luego convocar a elecciones. Según Feijóo, España está ante «un momento histórico» en el que solo caben dos alternativas: la oferta que le presentó al PSOE o «dejar la gobernabilidad en manos de los independentistas», a quienes ve «envalentonados».
El líder de derecha se refirió así a las negociaciones que los socialistas mantuvieron con los partidos independentistas para alcanzar la presidencia del Congreso de los Diputados. La oferta del PP no es un gobierno de coalición sino unir fuerzas para «un gran pacto durante un tiempo» que permita «disminuir la tensión y la polarización de la vida política para finalizar los bloques y los bloqueos, y resetear nuestro país».
Feijóo le propuso a Sánchez un gobierno que rechace «las solicitudes de referéndum de independencia y de amnistía expresadas por los partidos independentistas» y que suscriba seis pactos de Estado: sobre regeneración democrática, Estado de bienestar, saneamiento económico y un pacto territorial, además de otros dos sobre agua y familias. Sánchez, por su parte, le trasladó al líder popular otra propuesta para comprometerse, gobierne quien gobierne, a renovar el Consejo General del Poder Judicial.
De «derogar a rogar al sanchismo»
El PSOE rechazó los planteos del PP y consideró que, de esta forma, Feijóo demuestra que «no está trabajando pensando en la estabilidad de su país, sino en cómo salvar su pellejo», según señaló la vocera del partido, Pilar Alegría, quien manifestó que el líder conservador pasó de «querer derogar el sanchismo» a «rogar al sanchismo».
Alegría reafirmó que su partido no va a apoyar la investidura de Feijóo del próximo 26 y 27 de septiembre. La de Feijóo será «una investidura fallida» y una vez que haya quedado atrás, «conseguiremos una investidura que dé estabilidad a nuestro país y que nos permita seguir avanzando y seguir desplegando nuevos derechos y conquistas sociales», agregó la vocera del socialismo.
El PP resultó ganador en las elecciones legislativas del 23 de julio pero sin una mayoría necesaria para formar gobierno, por lo que Feijóo asumió el encargo del rey Felipe VI de someterse a un debate de investidura en el Congreso, los días 26 y 27 de septiembre. Sin embargo sus posibilidades son ínfimas ya que dispone de un máximo de 172 votos, por debajo de los 176 de la mayoría absoluta de los 350 escaños del Congreso: los 137 del PP, los 33 del partido de extrema derecha Vox y los votos de dos diputados de pequeñas formaciones regionales.
Negociaciones complicadas
Feijóo tiene casi un mes para negociar con otros partidos pero hasta ahora, excepto los citados, el resto rechaza apoyar al PP entre otros motivos porque aceptó acercarse a Vox. Si Feijóo fracasa, Sánchez tendrá dos meses para conseguir los apoyos para ser investido, pero si tampoco lo logra el Parlamento se disolvería y serían convocadas nuevas elecciones, probablemente a mediados de enero. Feijóo dejó claro este miércoles que seguirá con su ronda de contactos para el debate de investidura.
El líder del PP había asegurado que se reuniría con todos los partidos con representación en el Congreso, salvo con los independentistas vascos de Bildu, que fueron excluidos porque el PP considera que siguen pensando que «matar tuvo una justificación política». Feijóo accedió en cambio a sentarse a conversar con los independentistas de Junts por Catalunya, lo que le valió críticas tanto dentro de su partido como de Sumar.
El PSOE lo acusó de no tener «ni principios ni palabra», después de haber demonizado el diálogo llevado a cabo por el gobierno de coalición en la pasada legislatura. Feijóo dijo de todas formas que, aunque se siente a hablar, no cederá a los pedidos de los independentistas. «Yo sé que defender la igualdad de todos los españoles puede impedir que sea el presidente del gobierno. Pero nunca llegaré al gobierno sin defender la igualdad de todos los españoles«, señaló en declaraciones recogidas por el diario El País.
«El PSOE pudo elegir pero prefiere pactar con los independentistas, negociar amnistías, referendos y grupos parlamentarios que no cumplen los requisitos del Reglamento, y desigualdades financieras entre territorios», remarcó Feijóo. En la otra vereda Sánchez cuenta actualmente con los votos de 164 diputados, 121 de su partido, 31 de sus aliados de la izquierda de Sumar, 11 de dos partidos vascos y uno de un pequeño partido gallego.
Tendría que negociar el apoyo de dos partidos independentistas catalanes para alcanzar 178 apoyos, como ya ocurrió a mediados de agosto cuando la socialista Francina Armengol fue electa como presidenta del Congreso de los Diputados. De todas formas, los separatistas advirtieron que venderán caro su apoyo y exigen un referéndum de independencia de Cataluña y una amnistía general para todas las personas inculpadas por la fracasada tentativa de secesión de la región española en 2017.