Escuelas francesas impidieron el acceso a las aulas a decenas de jóvenes el lunes en el primer día de clases por negarse a quitarse la abaya -una prenda que usan las musulmanas y que fue recientemente prohibida-, anunció este martes el ministro de la Educación, Gabriel Attal.
En desafío a la prohibición de usar en las escuelas esta prenda que cubre la totalidad del cuerpo, cerca de 300 jóvenes se presentaron a sus centros educativos con dicha vestimenta, declaró Attal en una entrevista radial. La mayoría de las alumnas aceptó quitarse la túnica tras «una fase de explicaciones, de diálogo, de pedagogía», pero 67 se negaron a hacerlo, por lo que fueron enviadas de regreso a sus casas, explicó. Sin embargo, el ministro aclaró que deben volver en los próximos días «porque tienen que estar escolarizadas, y ahí se verá si se conforman a la norma o no» y añadió que firmó una carta destinada a las familias de las alumnas afectadas para «explicar que la laicidad no es una coacción».
En tanto, el Consejo de Estado, la máxima instancia judicial administrativa en Francia, comenzó a examinar este martes la petición de la Acción de los Derechos de los Musulmanes (ADM), una asociación que defiende los derechos de los musulmanes. Esta pide la suspensión de la ley que entró en vigor esta semana, alegando que «estigmatiza a las personas de credo musulmán y representa una amenaza a sus derechos fundamentales en el plan social». La Corte tiene un plazo mínimo de 48 horas y un máximo de un mes para pronunciarse al respecto.
La inflexibilidad de Macron
En una entrevista con un youtuber, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió este lunes la
prohibición de la abaya e indicó que solo hay una «minoría que desafía la laicidad» de la escuela. «La escuela debe permanecer neutra: yo no sé cuál es su religión, usted no sabe cuál es la mía», sostuvo.
Macron argumentó que en la lucha por preservar la laicidad no se puede «abandonar a los profesores y a los directores de los centros» y que tienen que ser defendidos si son amenazados al aplicar la nueva directiva. «No podemos hacer como si no hubiéramos tenido el asesinato de Samuel Paty», advirtió, en referencia al profesor que fue asesinado en octubre de 2020 en un acto de terrorismo islamista, tras haber dado una clase sobre libertad de expresión en la que mostró una caricatura de Charlie Hebdo sobre el profeta Mahoma. El mandatario aseveró que no busca hacer un «paralelismo ni estigmatizar a nadie», pero puntualizó que no se puede «esconder el polvo debajo de la alfombra».
Uniforme escolar
El presidente también se mostró contrario a la utilización en la escuela
pública de cualquier prenda «excéntrica» y por ello dijo que el
Gobierno va a experimentar la implementación de uniformes escolares obligatorios o
con códigos de vestimenta unificados.
Se trata de una medida que se aplicaría en los próximos meses. «No es seguro que sea una solución milagrosa que permita solucionar todos los problemas de la escuela, pero merece ponerla a prueba», explicó el lunes el ministro Attal en diálogo con un medio local. En cualquier caso, consideró que «la mejor forma de hacerse una idea es probar las cosas en los centros», y por eso tiene intención de anunciar en otoño «las modalidades de experimentación» que se definirán en colaboración con los enseñantes y con los ayuntamientos. «Eso permite que avance el debate -afirmó- ya que «muchos franceses están a favor y otros no».
La idea de los uniformes escolares es también una demanda de la derecha y la extrema derecha –encabezada por Los Republicanos (LR) y la Agrupación Nacional (RN) respectivamente–, que se reavivó tras el anuncio de la prohibición de la abaya a fines de agosto.
No es la primera medida francesa que tiene como meta restringir vestimentas de connotación religiosa. En 2004, empezó a proscribirse en las escuelas y liceos públicos los vestidos o signos con los que los alumnos «manifiestan de forma ostensible una pertenencia religiosa». El objetivo de la ley en ese momento era sobre todo el velo islámico y la kipá.