El papa Francisco denunció el martes «el colonialismo económico» que saquea los recursos de África, poco después de llegar a Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo (RDC), primera etapa de una gira africana.»No toquen la República Democrática del Congo, no toquen África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear».
«Que África sea protagonista de su propio destino», proclamó Francisco ante las autoridades y el cuerpo diplomático del país. En un discurso en el palacio presidencial en Kinshasa, el Papa afirmó que la historia del país se ha visto torpedeada por conflictos pero también por el dominio de intereses extranjeros.»Tras el colonialismo político, se ha desatado un ‘colonialismo económico’ igualmente esclavizador. Así, este país, abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos», dijo el pontífice, de 86 años.
«El veneno de la avaricia ha ensangrentado sus diamantes. Es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca. Sin embargo, este país y este continente merecen ser respetados y escuchados», agregó el papa argentino en su aplaudido discurso.
La República Democrática del Congo, un inmenso país del centro de África que se independizó de Bélgica en 1960, tiene inmensas reservas de minerales, pero es uno de los países más pobres del planeta.
Alrededor de dos tercios de la población viven con menos de 2,15 dólares al día, según el Banco Mundial. Igualmente, el este del país se ha visto devastado por conflictos armados. Francisco alentó por ello los esfuerzos de paz, y enfatizó que «no podemos acostumbrarnos a la sangre que corre en este país desde hace décadas».
Igualmente destacó la importancia de que haya «elecciones libres, transparentes y creíbles», en un país que prevé comicios presidenciales el 20 de diciembre.»No debemos dejarnos manipular ni comprar por quienes quieren mantener al país en la violencia, para explotarlo y hacer negocios vergonzosos», añadió Francisco. A su lado estaba sentado el presidente congoleño Felix Tshisekedi, quien accedió al poder en 2018 en unas elecciones muy cuestionadas.
Pancartas y cánticos
La alegría desbordó las calles de la capital, Kinshasa, adonde llegó el papa Francisco, quien fue recibido con pancartas, cánticos y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
«El Papa está aquí, no más peleas inútiles. Este es el apoyo que el país estaba esperando para ser mejor atendidos por la comunidad internacional. Estamos felices», dijo a EFE Aime Mboyo, uno de los cientos de miles de fervientes católicos y de religiosos que se apresuraron a recibir al pontífice.
En el aeropuerto internacional de Ndjili de Kinshasa -donde fue recibido por el primer ministro congoleño, Sama Lukonde- y a lo largo del bulevar Lumumba, una de las principales arterias de la ciudad que Francisco recorrió en el papamóvil, los fieles vibraron haciendo ondear sus carteles y palmas. «Somos un país de paz y hospitalidad. El Papa está en su casa y puede quedarse aquí si quiere», señaló desde el barrio de Limete, en el noreste de la capital, Angélique Mutombo, una anciana que agitaba con sus manos un pañuelo con la imagen del pontífice.
Además de los fieles, un fuerte dispositivo de seguridad integrado por miles de agentes fue activado este martes en la capital. Grandes retratos del Papa colgados sobre paneles publicitarios y pancartas con mensaje de acogida, como «Bienvenido a nuestra casa», fueron los accesorios del baño de multitudes que acompañó a Francisco al recorrer la avenida de camino al Palacio de la Nación, donde se reuniría con el presidente Tshisekedi.
«Desplegamos 7.500 efectivos de la Policía Nacional congoleña para garantizar una buena seguridad para este gran invitado al país», detalló el general Sylvain Kasongo, el responsable policial en Kinshasa.