Página/12 en Italia
Desde Roma
El Papa Francisco fue dado de alta el sábado por la mañana en el Policlínico Gemelli, donde estaba internado desde el miércoles a causa de una infección respiratoria o bronquitis. Se lo vio muy sonriente. Antes de salir, saludó al personal sanitario y el día anterior había visitado a los niños internados en la sección de Oncología del hospital, a los que regaló huevos de Pascua.
En torno a las 10,35 de la mañana subió al auto que lo debía llevar al Vaticano pero apenas salió, se bajó a saludar a mucha gente que esperaba sus noticias y gritaba “¡Felicidades Papa Francisco!”, aplaudiendo al Pontífice. Entre ellos había una pareja que el viernes por la noche perdió a su hijita Angélica, que padecía una enfermedad genética. Y ambos, llorando, se acercaron a Francisco. “No puedo más. Rece por nosotros”, le dijo ella. Francisco se emocionó y abrazó a la mamá y al papá para trasmitirles fuerza. Y rezaron juntos. Algunas fotos de ese momento que se difundieron, pasarán a la historia por la tremenda emoción que desencadenaron, porque se ve a los padres jóvenes llenos de lágrimas y de dolor, y el abrazo de corazón del Papa argentino.
Entre lágrimas, el padre de Angélica le recordó a Francisco que él había conocido a la nena y la había tenido en sus brazos cuando visitó Casal Bertone, un barrio en las afueras de Roma, en junio de 2019.
Información del Vaticano
La oficina de prensa vaticana informó que “en la mañana del 1 de abril el Papa Francisco había salido del Policlínico Gemelli” y que saludó a varios dirigentes de la Universidad Católica y al personal sanitario que lo había asistido durante estos días. El Papa fue dado de alta, después de tres días de internación y luego de que los estudios médicos confirmaron que sus condiciones de salud habían mejorado notablemente.
El Vaticano confirmó además que Francisco celebrará el Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro –algo que estaba en duda– asistido por el cardenal argentino Leonardo Sandri, vicedecano del colegio cardenalicio. También los demás días de la Semana Santa, Francisco participará de las celebraciones asistido por un cardenal: él no puede estar de pie mucho tiempo y las ceremonias suelen ser largas.
Con los periodistas
Cuando salió del Gemelli y fue a encontrarse con la gente que lo aplaudía, Francisco también conversó con los periodistas que lo esperaban. Y en ese momento también recordó al personal sanitario diciendo que “son un espectáculo”, elogiando su actividad de asistencia a los pacientes.
Interrogado sobre qué había sentido el miércoles antes de que lo internaran y cómo se sentía ahora, dijo que hace tres días sintió “sólo un malestar, pero no tuve miedo”. Y cuando le preguntaron cómo se sentía, dijo: “Todavía estoy vivo”. En realidad se lo veía relajado y optimista, muy bien, aunque siempre apoyado en su bastón: los problemas de la rodilla no se detienen.
El Papa contó a los periodistas que en el hospital bautizó a un pequeño recién nacido llamado Miguel Angel. “Fue la cosa más bella”, comentó. A una periodista que le preguntó si hubo algún momento bonito que vivió la internación, respondió haber quedado muy impresionado por la gente que trabaja en el hospital. “Ser médico, personal de ayuda o de la limpieza, en un hospital, exige cierto carácter heroico y tanta ternura con los enfermos. Sabes, los enfermos somos caprichosos, todos, el capricho es una cosa que viene por la enfermedad. Admiro tanto a la gente que trabaja en los hospitales. Ayer estuve con los niños y pude ver con cuanta ternura los cuidaban”, destacó Francisco.
Luego el Papa fue al Vaticano en la Fiat 500L blanca conducida por su chofer. Pero antes de llegar al Vaticano, decidió ir a rezar a la Basílica de Santa María Mayor, en el centro de Roma, para encomendarle a la virgen todos los enfermos, en particular los niños que visitó en el servicio de Oncología. Francisco suele ir a esta Iglesia para rezar ante Santa María antes de partir o después de sus viajes internacionales. A fines de abril tiene previsto un viaje a Hungría. Habrá que ver si sus médicos se lo permiten.
Las divisiones en la Iglesia
Estos días de enfermedad de Francisco fueron una oportunidad más para las elucubraciones sin fundamento de sectores que se oponen al Pontífice y quisieran que renunciara, y así poder convocar un cónclave para la elección de un nuevo Papa.
Pero nada de esto sucederá, al menos por ahora, ya que el Papa está en buen estado de salud. Una de las personas que lo visitó en el hospital, el padre jesuita Antonio Spadaro, director de la revista católica “La Civilta Cattolica”, dijo a un canal de TV que “el Papa está de óptimo humor y es una persona que sabe afrontar con mucha serenidad estos problemas físicos”. Lo que de alguna manera descarta la posibilidad de renuncia, que Francisco dice tener lista, pero solo para el caso en que su estado de salud no le permita seguir. Y en cuanto a los sectores opuestos dentro de la Iglesia, Sapadaro destacó que “las divisiones en la Iglesia no me preocupan y no preocupan tampoco a Francisco” dado que “ciertas oposiciones son un signo positivo porque significa que el accionar del Papa es incisivo”.