El gobierno italiano aprobó la apertura de nuevos centros de repatriación de inmigrantes sin papeles y la ampliación del tiempo que podrán ser retenidos en ellos hasta los 18 meses, en plena crisis por la llegada a la isla de Lampedusa de más de 10 mil personas en apenas tres días. El decreto-ley aprobado por el Consejo de Ministros de la ultraderechista Giorgia Meloni le encarga al ministerio de Defensa la construcción «lo antes posible» de los denominados CPR, los centros donde los inmigrantes irregulares esperan su expulsión.
¿Cómo operan los centros de repatriación?
«Esto significa, y quiero enviar un mensaje muy claro al conjunto de África, que si uno confía en los traficantes para vulnerar las leyes italianas, tiene que saber que cuando llegue a Italia será detenido y repatriado«, dijo Meloni en una entrevista para una cadena italiana. Después de cruzar el Mediterráneo y desembarcar, aquellos migrantes que la administración italiana decida serán encerrados en los llamados «centros de repatriación permanente», con un funcionamiento parecido al de una cárcel y donde se encierra a extranjeros que viajaron de manera clandestina.
El año pasado los 6.400 extranjeros detenidos en estas instalaciones pasaron una media de 40 días encerrados, según datos de un comité de vigilancia de las prisiones italianas. Menos de la mitad de ellos fueron repatriados a sus países. El periodo máximo de detención en esos centros ya era de 18 meses entre 2011 y 2014, pero el gobierno de Matteo Renzi lo rebajó a 135 días.
«Años de políticas de inmigración hicieron que hoy, en Italia, haya muy pocas plazas disponibles en los centros de acogida. Los nuevos centros que se construirán tendrán que estar en lugares con muy baja densidad de población, perimetrados y vigilados», dijo la primera ministra italiana, agregando que estas instalaciones estarán lejos de las ciudades. En el país hay una decena de estas instalaciones repartida entre Turín (norte), Roma (centro), Bari o Brindisi (sur), pero la intención es abrir una al menos en cada una de las 21 regiones italianas.
En línea con esta medida se aumentará hasta los 18 meses el tiempo en el que los inmigrantes sin papeles podrán ser retenidos antes de su expulsión, el plazo máximo permitido por la Unión Europea (UE). «Dispondremos de todo el tiempo necesario no solo para hacer las indagaciones debidas, sino también para proceder con la repatriación de quienes no tienen derecho a la protección internacional», advirtió Meloni al inicio del Consejo de Ministros.
En el caso de los solicitantes de asilo la legislación no cambia y podrán permanecer hasta 12 meses. El gobierno italiano tiene previsto aprobar nuevas medidas la semana que viene sobre los inmigrantes menores no acompañados. Meloni también anticipó que Italia pedirá en el próximo Consejo Europeo de octubre a los demás Estados miembro que «tomen las medidas y decisiones necesarias» para aliviar las salidas ilegales desde el norte de África.
Casi 130 mil migrantes
Con las cifras en evolución constante, en lo que va del año llegaron a las costas italianas 129.869 inmigrantes, casi el doble que en el mismo periodo del 2022 (68.195) y el triple que en 2021 (43.265) según datos actualizados por el ministerio del Interior. Meloni acudió a Lampedusa este domingo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y esta anunció un plan de acción europeo para contener la inmigración, aunque la visita fue tildada de «pasarela» por opositores y los propios isleños.
«La presencia de la presidenta von der Leyen en Lampedusa ha sido muy importante también desde un punto de vista simbólico. La presencia de Europa en los confines más expuestos a la inmigración subraya que esa frontera no es solo italiana, sino también europea», aseguró Meloni en el Consejo de Ministros. La líder derechista dijo que «vigilará» para que la UE desembolse «rápidamente» las inversiones prometidas a Túnez, desde donde zarpan la mayoría de las pateras que llegan a Italia.
Contra las «viejas recetas»
Varias ONG que se ocupan del rescate de migrantes en el mediterráneo criticaron el plan de acción anunciado el domingo por von der Leyen. Son «viejas recetas que la UE viene aplicando desde hace décadas y que han resultado infructuosas, además de agravar la crisis de solidaridad y la situación de las personas en tránsito», aseguran las organizaciones humanitarias.
El comunicado cuenta con la firma de decenas de entidades como SOS Humanity, Sea-Watch, Resqship, Mediterranea Saving Humans, European Alternatives, Watch the Med Alarm Phone y Welcome to Europe. «Las organizaciones abajo firmantes piden una Europa abierta y acogedora e instan a los estados miembros de la UE a proporcionar rutas legales y seguras y condiciones de acogida dignas», urgen las ONG.
«Estamos consternados por las continuas muertes en el mar causadas por las políticas fronterizas de la UE y reiteramos nuestra solidaridad con las personas en tránsito», agregan las instituciones. Por su parte la ONG Médicos Sin Fronteras pidió a la UE «detener las políticas de externalización y disuasión en las fronteras que han hecho durante años que la UE y sus estados miembros, incluido Italia, sean cómplices de abusos y muertes de migrantes«.
El programa anunciado por von der Leyen consta de diez compromisos, entre ellos un mecanismo de solidaridad para que otros países europeos transfieran migrantes llegados a Lampedusa fuera de Italia, actualizar la legislación europea contra el tráfico de personas y definir nuevos corredores humanitarios legales y seguros. También prometió aumentar la vigilancia aérea del Mediterráneo a través de las agencias europeas como Frontex, y coordinar con los países de origen protocolos para repatriar en condiciones seguras a los migrantes que no reúnan las condiciones de asilo europeas.