Desde Roma
Desde el primero de enero hasta el 20 de noviembre de 2022, en Italia fueron asesinadas 104 mujeres, 88 de ellas en el ámbito familiar, según datos oficiales. El año pasado, según el Instituto de Estadísticas (Istat) esos homicidios fueron 119. Pero la tasa de asesinatos fue del 0,51 cada 100.000 habitantes, lo que coloca al país en el grupo de los que menos homicidios tienen en Europa, junto a Luxemburgo, Eslovenia y República Checa.
Pero saber cuántos de los asesinatos han sido realmente femicidios, no siempre es fácil: a menudo las mujeres asesinadas nunca hicieron denuncias previas ni pidieron asistencia a los centros especializados. O si lo hicieron, la justicia demoró mucho en tomar medidas. Para definir un femicidio es necesario analizar informaciones sobre las víctimas, sobre el autor del crimen y sobre el contexto de la violencia. Y por eso en Italia, en particular esta semana en que el 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se están emprendiendo varios proyectos que deberían facilitar ese recorrido.
En este contexto, el jueves fueron presentadas en el Senado las conclusiones de los trabajos de la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre los Femicidios, proyecto comenzado en la legislatura precedente por iniciativa de la senadora del Partido Democrático (centroizquierda), Valeria Valente. Y uno de los puntos más graves que emergió de esta investigación es que todavía son dominantes las dificultades que las mujeres tienen para denunciar la violencia. El 63% de las mujeres asesinadas nunca había hablado con nadie. Sólo el 15% de ellas había hecho una denuncia. Pero también surgió que la justicia se mueve demasiado lento cuando hay denuncias, a riesgo de que se concreten los asesinatos. Algunos sectores políticos piden por esto una normativa más eficaz en este ámbito.
“No es una cuestión de mujeres sino de hombres -dijo el presidente del Senado, Ignazio La Russa, del derechista partido Fratelli d’Italia, al presentar el informe- una parte de los hombres todavía no ha digerido los pasos adelante que han dado las mujeres, sobre todo cuando logran imponerse por su capacidad, su inteligencia, su ser mejores que el sexo masculino”.
El presidente de Italia, Sergio Mattarella, envió un mensaje a los medios. “La violencia contra las mujeres es una abierta violación de los derechos humanos, lamentablemente difundida sin distinciones geográficas, generacionales ni sociales” (…) “Denunciar una violencia es un hecho que requiere coraje. Tenemos el deber de apoyar a las mujeres que tienen la fuerza de hacerlo, ofreciéndoles protección, seguridad y recuperación”, dijo. Y subrayó además que, para eliminar la violencia contra las mujeres, es necesaria “la difusión de la prevención y la cultura del respeto” que debe llegar a las generaciones más jóvenes.
“Declaramos con orgullo que somos todos feministas”, escribió en un tweet el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien pidió además a los gobiernos que aumenten en un 50% las financiaciones a las organizaciones y movimientos que protegen los derechos de las mujeres. Un nuevo estudio realizado por ONU Mujeres y otros organismos, revela que en 2021, en promedio, más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas en el mundo cada hora, por alguien de su propia familia.
El “violentómetro”
El violentómetro es una suerte de escala creciente que permite a los expertos “medir” – si es que así se puede decir- el grado de violencia que sufre una mujer y también le ofrece a ella una mayor comprensión de su propia situación. Lo usan los expertos que tratan de entender cuál es la situación de la mujer que ha hecho una denuncia o ha pedido ayuda. Pero también aconsejan su uso a las eventuales víctimas, aunque no se haya hecho denuncia, para entender mejor sus posibles riesgos. Según los especialistas, hay que tener presente siempre, que la violencia psicológica es el hecho precedente a la violencia física.
El violentómetro contiene una serie de preguntas pero también presenta situaciones posibles, que la persona afectada puede identificar. Entre ellas: “Te dice frases pesadas y ofensivas, te extorsiona moralmente, te miente, te engaña, te ignora, te controla celosamente, te hecha la culpa de todo, te ridiculiza, te ofende, te humilla en público, te amenaza, te controla, te prohíbe estar con amigos o familiares, o usar dinero, el celular, el email, ciertos vestidos o frecuentar ciertos lugares”. Y también “Destruye tus cosas personales, te da caricias agresivas, te golpea como si estuviera jugando, te da pelliscones, te araña, te empuja, te da chirlos, te da patadas, te encierra o te aísla, te amenaza con objetos o armas, te amenaza de muerte, te obliga a tener relaciones sexuales, te abusa sexualmente”.
“De tu parte siempre”
En estos días se han organizado numerosas actividades en toda Italia para recordar el día contra la violencia hacia las mujeres. En Roma, el viernes 25 estuvo todo el día iluminado de rojo el Palacio Chigi -sede del gobierno- representando esta lucha contra los femicidios y las violencias. La primera ministra Giorgia Meloni también recordó a las 104 mujeres asesinadas este año.
La intendencia de la capital italiana, bajo el título “De tu parte siempre”, organizó mesas redondas, debates en escuelas, muestras de arte y presentaciones de libros en cada sección del municipio para que la gente tuviera un fácil acceso a los eventos. En una de las mesas redondas se discutió cómo las empresas pueden ayudar a los organismos que luchan contra la violencia, pero también se habló del rol que pueden tener las instituciones y los medios de comunicación en este ámbito.
Entre otras actividades se presentó el espectáculo “Tango solidario de los zapatos rojos” en la explanada de la estación de trenes Porta San Paolo con el patrocinio de la embajada Argentina y el Instituto Italo-Latinoamericano de Roma.
En otros puntos de la ciudad se pintaron de rojo bancos de plazas o parques y Amnesty International organizó una muestra con vestidos de las mujeres que han sufrido violencias. También hubo activistas de Irán que levantaron carteles con consignas como “Mujer, vida, libertad”. En las escuelas, sobre todo secundarias, se organizaron debates bajo el título “Mujeres, una historia que hay que re-escribir”, mientras en algunos supermercados se vendía pan en bolsitas de papel con la frase “Una bolsita contra la violencia” y un número de teléfono para hacer denuncias: 1522. En Piazzale di Ponte Milvio, sobre el río Tíber, una zona muy frecuentada por jóvenes, se colocó una placa con la frase “Hemos sido amadas y odiadas, adoradas y renegadas, besadas y asesinadas… sólo porque somos mujeres”.
El sábado, una manifestación contra la violencia con el título “Ni una menos”, marchará desde Plaza de la República hasta plaza San Giovanni, dos puntos importantes de la capital italiana, mientras en varios puntos de la ciudad serán colocados cartelones insistiendo sobre “No a la violencia contra las mujeres”.