La Unión Africana (UA) le pidió al presidente ruso, Vladímir Putin, un alto el fuego en Ucrania y una solución a la guerra del grano, este viernes al término de la cumbre Rusia-África que se celebró en San Petersburgo.
«Debemos lograr un alto el fuego (en Ucrania), ya que la guerra siempre es algo imprevisible. Cuanto más dure, más imprevisible se vuelve. Putin demostró que está dispuesto a dialogar», expresó el presidente de Comoras, Azali Assoumani, presidente de turno de la UA.
Assoumani, que aludió al plan de paz de diez puntos presentado a Moscú y Kiev por los países africanos, destacó que «ahora debemos convencer a la otra parte». Y añadió: «Nosotros actuamos en calidad de mediadores. Hablaremos con ambos bandos. Espero que logremos resultados positivos».
El plan incluye, entre otros puntos, el arreglo pacífico del conflicto, una desescalada de las hostilidades, garantías de seguridad para ambos bandos y el respeto de la soberanía, según la carta de la Organización de la Naciones Unidas (ONU). Los países africanos encabezados por el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ya presentaron el plan a mediados de junio en Moscú y en Kiev, pero el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, respondió, como ocurriera con la iniciativa china, que las negociaciones deben incluir la total retirada del ejército ruso de los territorios ocupados.
Por su parte, Putin, quien acusó a Estados Unidos y a la OTAN de negarse a dialogar con Rusia, aseguró que hablará «con los países africanos interesados» sobre la situación en torno a Ucrania. A su vez, se anunció la intención de Rusia de reabrir embajadas que fueron cerradas tras la caída de la Unión Soviética.
La declaración final de la segunda cumbre entre Rusia y África no incluye ninguna referencia concreta a Ucrania, pero condena «el nacionalismo agresivo, el neonazismo y el neofascismo», al igual que la «afrofobia y la rusofobia». Asimismo, el medio centenar de representantes de los países que acudieron a la cita no ocultaron que la seguridad alimentaria depende en gran medida del cese de todas las hostilidades entre las partes del conflicto.