Dos hermanos palestinos murieron luego de ser atropellados, supuestamente de forma intencionada, por un colono israelí cerca de la ciudad de Nablus, en Cisjordania ocupada. Las víctimas son Mohamed y Muhanad Yousef Muteir del campo de refugiados de Qalandia en el área de Jerusalén Este ocupado, confirmó el vocero de la Gobernación de la Autoridad Palestina en Jerusalén, Zakaria Fayala.
El «ataque por atropello», según lo califica la agencia oficial palestina Wafa, ocurrió cerca del puesto militar de control israelí de Zatara, donde los hermanos se encontraban parados a un costado de la ruta arreglando el pinchazo de un neumático, cuando un colono israelí los embistió con su vehículo. Sin embargo, un portavoz militar israelí indicó que, según la investigación preliminar, se trató de un accidente y no de un ataque intencionado.
Mohamed murió en el acto y fue trasladado a un hospital cerca de Nablus, mientras que Muhanad fue llevado de urgencia gravemente herido a un hospital israelí en Jerusalén, donde fue declarado muerto poco después.
Las milicias palestinas del norte de Cisjordania condenaron el incidente. La Yihad Islámica pidió una «respuesta apropiada», mientras que los Lions’ Den, un nuevo grupo armado que opera en Nablus, pidió a los palestinos que vengaran la muerte de los hermanos e indicó que abrieron fuego contra un automóvil israelí en la zona como represalia.
El área de Nablus es el epicentro de la violencia creciente este año en Cisjordania ocupada, con redadas israelíes casi diarias, el surgimiento de nuevos grupos palestinos armados como los Lions’ Den y el aumento de las agresiones cometidas por colonos contra palestinos.
Hasta el cinco de diciembre, la agencia de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) documentó 793 ataques de colonos este año contra palestinos. Entre ellos, 582 resultaron en daños a propiedades y edificios y 211 contra personas, muy por encima de las 496 agresiones colonas registradas en 2021.
Este año ha sido el más letal para los palestinos de Cisjordania desde 2006, con 168 muertos en lo que va del año en incidentes violentos con Israel, según el recuento del ministerio de Salud palestino; mientras que del lado israelí murieron 29 personas, 21 de ellas civiles.
Además, las autoridades israelíes detuvieron a más de tres mil palestinos «sospechosos de terrorismo», frustraron 500 ataques e incautaron 250 armas en lo que va del año. Israel se hizo con el control de Cisjordania en la Guerra de los Seis Días de 1967 y desde entonces, mantiene una ocupación militar sobre este territorio.
Israel deportó un abogado a Francia
Según confirmó este domingo el ministerio de Interior local, Israel deportó a Francia al abogado palestino-francés Salah Hamouri, quien pasó más de nueve meses detenido sin cargos y cuyo estatus de residente en Jerusalén Este ocupado, fue revocado a principios de mes. «Me alegra anunciar que hoy se hizo justicia porque se cumple la sentencia por terrorismo contra Salah Hamori y ha sido deportado de Israel. Es un proceso largo, pero un tremendo logro en la lucha contra el terrorismo», afirmó la ministra israelí de Interior, Ayelet Shaked.
Hamouri, de 37 años, partió este domingo en un vuelo de la aerolínea israelí Elal a París. Su deportación se produce dos semanas después de que Israel confirmara la revocación de su residencia en Jerusalén Este por «incumplimiento de lealtad», medida que adoptó por primera vez en octubre de 2021. La situación de este abogado y activista de padre palestino y madre francesa generó la intervención de organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional y del propio gobierno de Francia.
La semana pasada, una corte israelí estableció que Hamouri seguiría encarcelado «hasta nuevo aviso» al ser «un recluso de alta seguridad», pese a que hace poco dejó de estar formalmente en arresto administrativo, régimen con el que Israel suele mantener en prisión a palestinos de forma indefinida, sin cargos formales ni juicio. El abogado estuvo detenido en estas condiciones desde marzo, hasta que a principios de mes fue acusado formalmente de terrorismo.
Israel dice que el letrado, nacido y criado en Jerusalén, es un agente del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), grupo que considera terrorista, mientras que la defensa de Hamouri lo niega y asegura que no hay pruebas que demuestren semejante acusación.
«La deportación forzosa de Salah es solo el último episodio de hostigamiento judicial y administrativo de Israel contra él, su familia y su crucial trabajo de derechos humanos abogando por presos políticos palestinos», denunció un comunicado de la campaña en su apoyo «Justicia para Salah». Consideran que el abogado, que trabajaba junto a la asociación en defensa de los derechos de los presos palestinos Addameer, «se convirtió en el principal objetivo de las políticas israelíes de intimidación y silenciamiento de quienes desafían su régimen institucionalizado de dominación racial y opresión».
Francia rechazó la revocación de su residencia y defiende que «Hamouri debe poder llevar una vida normal en Jerusalén». Mientras tanto, Amnistía Internacional sostiene que despojar a alguien del estatus de residente del lugar donde nació, viola las Convenciones de Ginebra y puede constituir un crimen de guerra, al ocurrir en un territorio bajo ocupación militar -Jerusalén Este ocupado- y anexionado unilateralmente por Israel.
Su caso pone de relieve la situación de la mayoría de los palestinos de Jerusalén Este, donde pese a ser nativos de la urbe, no tienen ciudadanía sino estatus de residencia, que Israel puede revocar alegando cuestiones de seguridad, o si considera que han vivido fuera de la urbe de manera prolongada. En total, de los 350 mil palestinos de Jerusalén Este, solo 20 mil tienen ciudadanía israelí. Pocos solicitan convertirse en ciudadanos porque implica un proceso burocrático complejo y dos tercios de las peticiones son rechazadas.