En el marco de los 50 años del golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende, en Chile, se realizó una encuesta que arrojó un resultado alarmante: cuatro de cada diez chilenos no considera que Augusto Pinochet fue un dictador.
Este dato resulta de un sondeo que realizó la consultora Pulso Ciudadano, donde un 47,5 por ciento de los encuestados dijo que Pinochet fue un dictador de Chile, mientras que un 31,7 por ciento señaló que fue solamente un presidente. En tanto, un 16,8 por ciento aseguró que fue un delincuente y un 7,6 por ciento que fue un estadista. Finalmente, un 11,4 por ciento dijo no saber.
La dictadura comandada por Pinochet en Chile duró 17 años, entre 1973 y 1990, y dejó más de 40.000 víctimas.
Respecto a la postura política de los participantes, un 52,9 por ciento señaló no tener una posición política, un 11,2% por ciento dijo no saber, mientras que un 7,9 por ciento aseguró ser de izquierda, un 6,8 por ciento de centro izquierda, un 5,9 por ciento de centro, un 7,9 por ciento de centro derecha y un 7,5 pro ciento de derecha.
En la misma encuesta, se consultó sobre la percepción o el recuerdo de Salvador Allende, el presidente socialista a quien Pinochet le realizó el Golpe de Estado en 1973. Según los resultados, fue considerado presidente por un 44 por ciento de los encuestados, mientras que para «un 32 por ciento fue un presidente que quería instaurar un régimen comunista en Chile».
Este no es el primer estudio que muestra el negocionismo de gran parte del pueblo chileno puesto que, en marzo pasado, una encuesta arrojó que un 36 por ciento de los encuestados expresó que las Fuerzas Armadas «tenían razón para dar el golpe de Estado».
Ante esto, el presidente chileno, Gabriel Boric, llamó a recordar que «Augusto Pinochet fue un dictador, esencialmente antidemócrata, cuyo gobierno mató, torturó, exilió e hizo desaparecer a quienes pensaban distinto». «Fue también corrupto y ladrón», completó.
Asimismo, por el nuevo aniversario del golpe, el mandatario anunció una agenda de conmemoración y una gira por distintos países para expresar una postura de rechazo a cualquier acción que busque el quiebre de la democracia.
Paralelamente, agrupaciones de derechos humanos solicitaron a la Municipalidad de Santiago que cambie el nombre de nueve calles, dos plazas y un puente. La comuna, liderada por la alcaldesa comunista Irací Hassler, deberá tomar una decisión en los próximos días.