Un enjambre de drones atacó este martes objetivos militares en territorio ruso y Moscú acusa a Kiev, que intentaría ralentizar así la tremenda campaña de bombardeos masivos contra su infraestructura civil. Mientras, Volodimir Zeleski arengó a sus tropas en el Donbás y no admitió responsabilidades por los drones.
«La línea de continuidad de esos ataques terroristas, abiertamente declarada por el régimen ucraniano, es un factor de peligro. Por supuesto, lo tenemos en cuenta y tomamos las medidas pertinentes», afirmó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin. Por ese motivo, Ucrania espera en los próximos días una nueva lluvia de misiles contra su territorio en represalia por sus acciones de sabotaje contra aeródromos de la aviación estratégica rusa.
El primer objetivo el martes fue un aeródromo en la región de Kursk que tiene frontera con Ucrania y donde rige desde hace meses, un alto nivel de «amenaza terrorista», según su gobernador Román Starovoit. «Como resultado del ataque con drones se incendió el tanque de almacenamiento de petróleo del aeródromo», escribió Starovoit en Telegram.
Trenes especializados en extinción de incendios fueron enviados desde Moscú para poder extinguir el fuego, cuya humareda se podía ver a varios kilómetros de distancia. El aeropuerto de Kursk fue cerrado para la aviación civil al comenzar la campaña militar rusa en Ucrania.
Según informa el canal de Telegram Baza, dos drones también alcanzaron durante la madrugada depósitos de combustible a metros de una fábrica en la región de Briansk, también vecina de Ucrania. Los depósitos estaban vacíos en ese momento y apenas hubo daños.
Drones operados desde Ucrania, según el diario estadounidense The New York Times, atacaron este lunes dos aeródromos en las regiones de Sarátov y Riazan, donde murieron tres militares y cuatro resultaron heridos. Los ataques con dron del lunes fueron extraños, dado que los dos recintos impactados están a cientos de kilómetros de la frontera con Ucrania.
Según los expertos, estos ataques, que incluirían alguna incursión de grupos de sabotaje ucranianos en territorio ruso, fueron los más atrevidos y más profundos en territorio ruso hechos por el Ejército ucraniano. Tanto el Ministerio de Defensa ruso como Putin, acusaron a Kiev de lanzar «ataques terroristas» contra objetivos militares en su territorio.
Putin pide reunión urgente
Los ataques de esta semana generaron críticas de los expertos y blogueros militares rusos por la falta de previsión. Por todo eso, Putin convocó este martes con urgencia al Consejo de Seguridad de Rusia para abordar medidas y «garantizar la seguridad interna del Estado».
El portavoz del gobierno ruso precisó que las autoridades están adoptando «medidas adicionales» para proteger su infraestructura petrolera en el sur del país. Al respecto, el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, ordenó este martes no suspender «ni un segundo, incluso en invierno», la construcción de fortificaciones y refugios antiaéreos.
Ucrania no asume responsabilidades
Kiev no asumió la responsabilidad de las operaciones, pero en octubre la industria de defensa ucraniana admitió que estaba fabricando un dron con más de mil kilómetros de alcance. El objetivo de los ataques es la aviación estratégica rusa, capaz de portar armas nucleares y que participa en los bombardeos masivos desde mediados de octubre.
En agosto pasado Ucrania hizo una serie de ataques contra bases y aeródromos militares de Crimea, donde en octubre un coche bomba dañó el puente que une el continente ruso y la anexionada península. Los ataques «reducen el número de aviones rusos, resultado de misteriosas explosiones», comentó Yuri Ignat, portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, quien describió de «buena noticia» el ataque a las bases rusas. Y admitió que Moscú tiene, «lamentablemente», suficientes bombarderos para lanzar más ataques masivos.
Zelenski arenga a las tropas
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, viajó este martes a una localidad del este de Ucrania, cerca de Bajmut, donde las fuerzas de Kiev libran desde hace meses una batalla contra las tropas de Moscú. Zelenski apareció en la entrada de la ciudad de Sloviansk y saludó «desde el fondo del corazón» a los militares de su país en el Día de las Fuerzas Armadas, según un video publicado en redes sociales. «Tradicionalmente, me reúno este día en el frente con nuestros combatientes. Hoy estamos en Donbás. La zona de combate se ha vuelto más grande, la lucha es más dura, el precio es más alto», dice Zelenski en el vídeo.
«El este de Ucrania es hoy el frente más difícil. Y me siento honrado de estar aquí ahora con nuestras tropas defensoras en el Donbás. Creo que la próxima vez nos reuniremos en nuestras Donetsk y Lugansk ucranianas y también en Crimea», afirmó. Las provincias de Donetsk y Lugansk forman la región del Donbás, en el este del país, controlada en parte por los separatistas prorrusos desde 2014, año en el que Rusia se anexionó la península de Crimea.
Rusia desea controlar ahora la totalidad del territorio del Donbás, donde se centran los combates después de que Kiev recuperó Jersón tras casi nueve meses de ocupación rusa. No es la primera vez que Zelenski visita localidades cerca del frente de batalla. Cuando visitó Jersón después de su reconquista, aseguró que representaba «el inicio del final de la guerra».
El repliegue de las tropas rusas en Jersón fue el último gran revés de la ofensiva lanzada por Vladimir Putin, el 24 de febrero. Sloviansk, unos 130 km al norte de Donetsk, es una ciudad simbólica porque estuvo ocupada durante varios meses por separatistas prorrusos en 2014, antes de ser recuperada por las fuerzas ucranianas.