El expresidente chino Jiang Zemin (1993-2003), quien piloteó la transformación del país desde fines de los 80 hasta el inicio del siglo XXI, murió este miércoles a los 96 años. En un breve comunicado, la agencia de noticias Xinhua indicó que el exmandatario falleció por leucemia y un fallo multiorgánico en la ciudad oriental de Shanghai, donde cuatro décadas atrás lideró la rama local del Partido Comunista de China (PCCh).
La agencia oficial afirmó que el anuncio se realizó mediante una carta de las autoridades chinas dirigida a todo el Partido Comunista, las fuerzas militares y el pueblo chino. «El camarada Jiang Zemin fue un líder excepcional. Un gran marxista, un gran revolucionario proletario, estadista, estratega militar y diplomático, un luchador comunista de larga data y un líder excepcional de la gran causa del socialismo con características chinas«, afirmó Xinhua citando la misiva.
Jiang fue el «núcleo de la tercera generación de liderazgo colectivo central del PCCh y principal fundador de la teoría de las tres representaciones», que permitió incorporar al sistema a los llamados sectores emergentes, los empresarios y la clase media. Este giro conceptual fue clave para el despegue económico de un país que, regido con firmeza por un partido único, empezó a abrir sus vías de comunicación entre el comunismo y el capitalismo tecnológico del siglo XXI.
La muerte de Jiang tiene lugar en momentos en que China vive las protestas más importantes desde 1989, motivadas por las políticas estrictas para luchar contra la pandemia de covid-19. La gran locomotora económica del continente asiático viene perdiendo fuerza a un ritmo que no conoció en los últimos 30 años, producto de las medidas sanitarias que establece la denominada estrategia «covid cero».
La televisión estatal CCTV afirmó que, por la muerte de Jiang, las banderas estarían a media asta en los edificios gubernamentales en China. Los portales en internet de los medios estatales aparecieron en blanco y negro y mostraban una foto en blanco y negro de un crisantemo en sus cuentas oficiales de la red social Weibo.
Las primeras reacciones
El presidente ruso Vladimir Putin fue uno de los primeros líderes mundiales en rendirle tributo al exmandatario chino. «Como amigo sincero de nuestro país, Jiang Zemin hizo una contribución inestimable al desarrollo de las relaciones ruso-chinas y las llevó al nivel de una asociación de confianza e interacción estratégica», dijo el presidente ruso, según un comunicado del Kremlin.
Por su parte el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, lamentó la muerte de Jiang, un «destacado dirigente comunista y gran amigo de Cuba». En su cuenta de Twitter, Rodríguez envió sus «más sentidas condolencias al pueblo, partido y gobierno chinos, que hacemos extensivas a familiares y allegados». Cuba fue, en 1960, el primer país latinoamericano en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China, que se había creado en 1949.
En tanto el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, elogió al expresidente chino y dijo que Jiang ayudó a llevar al gigante asiático al escenario mundial al unirse a la Organización Mundial de Comercio y supervisar un gran crecimiento económico. «Nunca olvidaré la calidez y apertura personal de Jiang Zemin, así como la excelente cooperación que disfruté con él como primer ministro de Portugal para asegurar la transición sin problemas de la entrega a China de la administración de Macao», dijo Guterres.
¿Quién fue Jiang?
Nacido el 17 de agosto de 1926 en la ciudad de Yangzhou, Jiang fue secretario general del PCCh entre 1989 y 2002 y presidente de China entre 1993 y 2003. Llegó al poder luego de las protestas estudiantiles de Tiananmen de 1989 que terminaron con una feroz represión y la muerte de un número nunca conocido de manifestantes.
Cuando en ese mismo año Jiang reemplazó a Deng Xiaoping como líder del PCCh, China se encontraba aún en la primera etapa de su modernización económica. Cuando dejó el poder en 2003 había sentado las bases para el ascenso del gigante asiático a la categoría de las superpotencias, con tasas de crecimiento inéditas y habiendo forjado la imagen de un gigante global, favorable a los negocios.
Poco antes, en 2001, esa trayectoria se había consolidado con el acceso de China a la Organización Mundial del Comercio. Otro hito de su gestión fue la supervisión del traspaso pacífico de Hong Kong en 1997.
En el liderazgo lo sucedió el expresidente Hu Jintao, de 79 años, otra figura aperturista que protagonizó un insólito episodio en el reciente XX Congreso del Partido Comunista, cuando fue forzado a abandonar su lugar en el Gran Salón del Pueblo ante la mirada inalterable del presidente, Xi Jinping, y las cámaras de la prensa internacional.
Los analistas chinos afirman que Jiang y su facción en el PCCh, conocido como «Shanghai Gang», continuó influyendo en las políticas comunistas mucho tiempo después de que abandonara el poder. La prensa local recordó este miércoles que la última aparición pública de Jiang se produjo el primero de octubre de 2019, durante el Día Nacional y la celebración del septuagésimo aniversario de la proclamación de la República Nacional China.