Al menos 41 personas, en su mayoría estudiantes, murieron en el ataque de un grupo vinculado a la organización yihadista Estado Islámico contra un colegio secundario el viernes por la noche en el oeste de Uganda, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo en el distrito de Kasese.
El comando «prendió fuego un dormitorio y saqueó una tienda de comida» del establecimiento, indicó el portavoz de la policía ugandesa, Fred Enanga, que imputó el «ataque terrorista» a la milicia ADF (Fuerzas Aliadas Democráticas) que tiene su bastión en el este del Congo.
Ocho personas fueron rescatadas con vida, aunque «en situación crítica» en el hospital de localidad de Bwera. Funcionarios y testigos precisaron que durante el ataque se utilizaron armas y cuchillos. Sylvester Mapozi, alcalde del ayuntamiento de Mpondwe Lhubiriha había informado sobre la muerte de 39 estudiantes dentro del colegio. «Al huir, los atacantes también asesinaron a dos personas, una mujer y un hombre. Esto eleva el número a 41», precisó.
Los rebeldes huyeron hacia el Parque Nacional Virunga en la frontera con Uganda y Ruanda, un santuario de fauna con gorilas de montaña. Las milicias, de las cuales hay muchas activas en el este de la República Democrática del Congo, usan el parque como escondite. «Los responsables de este acto espantoso deben ser llevados ante la justicia», afirmó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Cerraron con llave
El general Dick Olum indicó que, según la información recabada, los milicianos llevaban al menos dos días en la zona. Según afirmó, los atacantes tenían información detallada sobre la escuela de secundaria. «Sabían dónde estaban los dormitorios de los chicos y las chicas», dijo Olum.
«Los rebeldes cerraron con llave el dormitorio de los chicos y le prendieron fuego. La sección de las chicas no la cerraron, de manera que estas pudieron salir corriendo, pero al hacerlo fueron atacadas con machetes y recibieron disparos», explicó el militar. Según el oficial, algunos cuerpos están tan calcinados que se necesitarán exámenes de ADN para identificarlos. Además los rebeldes secuestraron al menos a seis personas. El general Olum precisó que ha pedido refuerzos y aviones para rescatar a los secuestrados y localizar los escondites.
Mumbere Edgar es un estudiante sobreviviente de la matanza y declaró que los atacantes fueron a su habitación con machetes y pistolas y comenzaron a dispararles desde afuera por la ventana: todos se escondieron debajo de la cama. Entonces prendieron fuego todo para quemarlos vivos.
Recompensa millonaria
La milicia ADF comenzó como un grupo insurgente en Uganda, mayoritariamente musulmán, y se instaló en el este del Congo a mediados de los años 1990. Desde entonces ha sido acusada de matar a miles de civiles.
En 2019 juraron lealtad al grupo Estado Islámico, que considera a los combatientes de las ADF como su rama en África Central. Están acusados de atentados en el Congo y en suelo ugandés. El de este fin de semana no es el primer ataque contra una escuela en Uganda atribuido a las ADF.
En junio de 1998, unos 80 estudiantes fueron quemados vivos en sus dormitorios durante un ataque de las ADF contra el Instituto Técnico de Kichwamba, donde más de 100 estudiantes fueron secuestrados.
Uganda y la República Democrática del Congo lanzaron una ofensiva conjunta en 2021 para expulsar a las ADF de sus bastiones congoleños, pero hasta ahora esas operaciones no han puesto fin a los ataques. EE.UU. anunció a principios de marzo una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que pueda llevar al arresto de su líder, un ugandés de 40 años llamado Musa Baluku.
Esta zona fronteriza tiene mucha presencia militar y una de las preguntas es cómo se las ingeniaron para hacer un ataque tan mortífero llegando desde la cercana frontera con el Congo. Se supo que habían estado dos días en los alrededores planificando la acción y uno de ellos llegó a la escuela en la víspera para estudiar las condiciones. Resultado de la inteligencia previa, lo primero que hicieron fue encerrar a los estudiantes masculinos para evitar toda lucha –de hecho trataron de resistir– y luego fueron a masacrar a las chicas.
El ADF es muy perseguido por los militares y termina siempre dividido en pequeños grupos para no llamar la atención. Esto los debilita. Entonces, para demostrar que están vivos y que tienen poder de daño, hacen este tipo de ataques a blancos fáciles. En 1998 ya habían quemado vivos en sus habitaciones a 80 estudiantes en Kichwamba, secuestrando a un centenar. Buscan la mayor cantidad de muertos posibles para demostrar su poder. En marzo de este año atacaron el pueblo de Mukondi matando a 36 y el mes siguiente dieron muerte a 20 personas.