Cristiano Zanin, de 47 años, el abogado que derrotó el lawfare de la Operación Lava Jato y logró la anulación de las causas y la liberación de la cárcel del presidente Luiz Inácio Lula da SIlva, fue elegido este miércoles por una abrumadora mayoría del Senado como nuevo juez del Supremo Tribunal Federal, la máxima corte de Brasil.
Luego de 10 horas de deliberaciones, el Senado brasileño aprobó la designación de Zanin, propuesta por Lula, por 58 a favor y 18 en contra.
Con la designación, Zanin, formado en la Pontifica Universidad Católica de San Pablo (PUC), ocupará la undécima silla de la alta corte, en reemplazo del jubilado Ricardo Lewandowski, y de esta forma Lula logró colocar en el último peldaño del Poder Judicial a su abogado personal que se especializó en el el marco teórico y práctico del «lawfare», el uso de la maquinaria pública del Poder Judicial y la fiscalía para instalar en la opinión pública la persecución política de acusados de cometer delitos.
«No seré subordinado a nadie, apenas a la Constitución», aseguró ante la Comisión de Constitución y Justicia del Senado ante los ataques de senadores de la oposición bolsonarista, entre ellos su exgran enemigo, el senador Sérgio Moro, el juez de Lava Jato que acusó y encarceló a Lula y luego fue declarado parcial por el supremo tribunal federal, que anuló los procesos contra el hoy mandatario.
Durante la interpelación en la sesión del Senado se vivió el momento de mayor tensión cuando Zanin tuvo que enfrentar a Moro, a quien había visto en las históricas audiencias en las cuales Lula estaba sentado en el banquillo de los acusados en los tribunales de Curitiba, entre 2016 y 2018.
Moro aseguró que Zanin debería declararse incompetente cuando lleguen a la corte casos de Lava Jato debido a que participó como defensor de Lula de este proceso. Zanin respondió que analizará cada caso para declararse incompetente y que evitar juzgar en los que ya actuó como abogado defensor para no mezclar intereses.
El exjuez Moro llevó las «fake news» al recinto: le preguntó a Zanin si había sido padrino del casamiento de Lula con Janja da Silva en mayo de 2022 y que esa información la había encontrado en Google. Zanin negó haber sido el padrino de casamiento porque no hubo padrinos en ese casamiento.
Pero Zanin fue al corazón del lawfare ejercido por Lava Jato y defendió ser un «garantista» y estar en contra de la espectacularización de la Justicia.
«Un juez no es protagonista, no debe ser protagonista del juicio, pero sí alguien que con equilibrio y templanza pueda reunir argumentos dentro del proceso para dar su decisión, siguiendo siempre la Constitución, las leyes y las pruebas existentes. Es necesario tener cuidado para que la voz de la opinión pública no sea una voz determinante en el juzgamiento de un proceso o de una causa», aseguró.
«La imparcialidad es fundamental para un juez», le dijo a Moro, a quien el Supremo Tribunal Federal calificó parcial. El juez de la corte Gilmar Mendes había calificado autor de una suerte de «Stasi» para lograr delaciones premiadas a Moro por su trabajo al frente de Lava Jato, con poderes supraconstitucionales.
El senador Eduardo Braga, del Movimiento de la Democracia Brasileña, y el bolsonarista Jorge Seif, del Partido Progresista, recordaron que haber sido abogado personal de Lula no lo objeta para asumir en la corte. Ambos pusieron como ejemplo que Fernando Collor de Mello puso a su primo en la corte y que Fernando Henrique Cardoso y Michel Temer pusieron a los abogados del Tesoro.
Considerando las reglas vigentes, Zanin se quedará en la corte hasta 2050 sin antes haber sido miembro del aparato estatal.
El senador Flavio Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro, elogió el garantismo de Zanin y criticó en su intervención el accionar «activista» del juez supremo Alexandre de Moraes, que lleva adelante procesos contra su padre, desde fake news hasta golpismo y crímenes electorales.
Zanin fue elegido por Lula para ser su defensor en 2016 cuando al borde de la caída de Dilma Rousseff Moro mandó interrogar por la fuerza a Lula en el aeropuerto de Congonhas, en San Pablo.
Zanin es un abogado civil y administrativo y se había dedicado a procesos millonarios de empresas en el estudio de Roberto Teixeira, fundador del PT y letrado vinculado a Lula hace cuatro décadas.
Casado con Valeska Teixeira, hija de Roberto, Zanin fue elegido por Lula debido al perfil elegido para la defensa. Lo dijo el propio Lula. «Quiero a Zanin porque no es un abogado penalista, los inocentes no usamos abogados penalistas», dijo Lula en el momento en el cual Lava Jato aparecía como un brazo judicial poderoso que con la corrupción en Petrobras descabezó al PT y permitió el ascenso de figuras de la ultraderecha como el expresidente Jair Bolsonaro.
En 2018, tras la victoria de Bolsonaro y con Lula preso, Moro renunció a la magistratura para ser ministro de Justicia y tener la chance de ser candidateado a la corte, algo que no ocurrió por sus diferencias con el líder ultraderechista.
El estudio jurídico de Zanin y su esposa Valeska dice en su sitio web que ambos son «especialistas en tratar el lawfare, una forma ilegítima de usar la ley que ha sido adoptada por algunas autoridades nacionales e internacionales para obtener resultados políticos, geopolíticos, económicos y militares».
El senador oficialista Randolphe Rodrigues comparó a Zanin con el abogado de Nelson Mandela en los juicios de Rivonia de 1963 que condenaron al líder sudafricano pero logró evitar una pena de muerte. «Zanin mostró a la sociedad brasileña preceptos como el derecho al proceso legal, al derecho de defensa.. Cuando muchos se arrodillaban al punitivismo, Zanín defendió los derechos y fue hasta la ONU para denunciar. El punitivismo abrió alas al fascismo y tenemos a un abogado no apenas garantista, sino que se apoya en la Constitución», aseguró Rodrigues.
Durante el interrogatorio en el Senado, Zanin expresó como problemática la situación en las cárceles de Brasil con la tercera población carcelaria del mundo, defendió la demarcación de tierras indígenas y las uniones homoafectivas. Pero también marcó un diferencial sobre el actual momento en el cual los bolsonaristas sostienen que los golpistas del 8 de enero deben ser liberados por ser «patriotas».»Yo defiendo la Constitución, mi lado es la Constitución, el otro es la barbarie», aseveró Zanin.