El jefe de bancada del partido de extrema derecha español Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, renunció este martes a su escaño y abandonó la política, lo que profundiza una crisis en la agrupación luego del debacle electoral que afectó las chances de la derecha de retomar el poder.
Espinosa de los Monteros aseguró que su retirada obedece a «motivos personales y familiares», en una comparecencia ante los medios en Madrid sin admitir preguntas. «Mis padres no son tan jóvenes, mis hijos no son tan mayores y, aunque actualmente todos están bien, pasé suficientes noches en el hospital con ellos para meditar acerca del momento vital en el que me encuentro», manifestó.
El hasta ahora portavoz de la formación en la Cámara baja del Parlamento español, era además el vicesecretario de Relaciones Internacionales de Vox, partido que promueve el Foro de Madrid, una iniciativa para integrar formaciones de derecha en América Latina. El abandono de sus cargos no implica que se desentienda completamente de Vox. «Permanezco como afiliado de base, siempre estaré a disposición de los dirigentes del partido para absolutamente cualquier cosa que necesiten», precisó.
El debacle de la extrema derecha
Su adiós a la política llega precisamente en medio de las negociaciones para alcanzar un pacto de Gobierno en España tras las elecciones del pasado 23 de julio, en las que Vox anunció que apoya al conservador Partido Popular (PP) sin exigirle a cambio entrar en un hipotético Ejecutivo con esta formación, pero juntos no suman los apoyos suficientes.
El anuncio se interpretó como un intento de despejar el camino a una investidura de Alberto Núñez Feijóo luego de que potenciales aliados del PP dijeran que no votarían a su líder como presidente del Gobierno si entregaba ministerios a Vox en una eventual coalición gobernante. Vox dijo que había dado el giro para evitar un nuevo Ejecutivo del PSOE aliado con partidos independentistas a los que considera «enemigos de España».
Feijóo calificó de «avance» la nueva postura de Vox y manifestó que buscará «un acuerdo amplio y constitucional» para poder gobernar en solitario, pese a no contar aún con el apoyo necesario. Hay que destacar que el líder del PP intentó alejarse de Vox antes de las elecciones, pero la cercanía se hizo evidente en plena campaña para las generales. Esto incluía pactos para gobernar en cuatro comunidades autónomas de España cuyas autoridades se renovaron en los comicios regionales en mayo.
Tras las elecciones generales, Vox se mantiene como tercera fuerza en el Congreso español, pero con una pérdida de cerca de 800.000 de votos y 19 escaños. La formación logró 33 diputados y algo más de 3 millones de votos, por detrás de los 137 escaños de los conservadores y de los 121 del partido socialista PSOE, del presidente español Pedro Sánchez, y sólo dos más que la coalición de izquierda Sumar.
Sus 33 votos son claves para que Feijóo pueda alcanzar los apoyos necesarios con varios partidos para ser investido presidente del Ejecutivo. Mientras, Sánchez
contaría con el respaldo de fuerzas como Sumar, de la que forma parte Podemos,
la formación con la que hasta ahora gobernó, para una hipotética coalición
a la izquierda.
Repercusiones de la renuncia
Desde el gobierno español señalan que la renuncia evidenciaba un problema importante tanto en Vox como el PP. «Creo que en este momento hay una crisis importante no solamente en Vox, sino también en el Partido Popular», expresó la ministra de Hacienda y Función Pública en funciones, María Jesús Montero, del partido socialista PSOE de Sánchez. La ministra agregó que aunque no le gustaba especular, interpretaba que «el señor Espinosa de los Monteros no está compartiendo el que efectivamente Vox se retire de formar parte ahora o en el futuro de un gobierno con el Partido Popular». El diario El País, sin embargo, citó a fuentes del entorno del diputado renunciante que tiró la toalla «harto del ninguneo del que fue objeto por parte del sector más ultracatólico del partido».
El líder de Vox, Santiago Abascal, agradeció a Espinosa de los Monteros por la entrega en su carrera política y pareció estar convencido de que regresará a la política. «Querido Iván, el parlamento pierde a un gran portavoz (ahora, que ya no te van a sufrir, te lo reconocerán más que antes). Pero el partido mantiene a un afiliado de lujo que seguro que todavía tiene mucho que aportar», escribió en la red social X. «Con todo lo que hemos pasado juntos… tengo el convencimiento de que lo mejor está por venir, y que participarás muy activamente en ello. En cualquier caso, muchas gracias por tu entrega», agregó.
Exdiputados de Vox también reaccionaron a la renuncia de Espinosa de los Monteros criticando la deriva de la formación de Abascal. Uno de ellos fue el exdiputado Rubén Manso: «Este partido del que muchos hacían una caricatura que, como toda caricatura era injusta e hiperbólica, decidió parecerse a ella y no al épico retrato que algunos, con Espinosa de los Monteros de maestro, iban pintando», afirmó. Vox «será el primer partido de la derecha no convencional que fracasará en Europa», añadió en un artículo publicado en el diario digital español VozPópuli.