El Gobierno de Cuba anunció la desarticulación de una red de tráfico de personas con base en Rusia que reclutaba cubanos para luchar como mercenarios en la guerra en Ucrania.
La Cancillería de la isla informó por medio de un comunicado que el Ministerio del Interior «detectó y trabaja en la neutralización y desarticulación de una red de tráfico de personas que opera desde Rusia para incorporar a ciudadanos cubanos allí radicados, e incluso algunos procedentes de Cuba», aunque no especifica qué personas u organizaciones están detrás de esta red.
El país «tiene una firme y clara posición histórica en contra del mercenarismo y desempeña un papel activo en las Naciones Unidas en repudio de esa práctica, siendo autor de varias de las iniciativas que se aprueban en ese foro», remarcó. «Cuba no forma parte del conflicto bélico en Ucrania», aseguró la Cancillería, al tiempo que añadió que se «está actuando y actuará de manera enérgica contra quien participe en cualquier forma de trata de personas con fines de reclutamiento o mercenarismo para que ciudadanos cubanos hagan uso de las armas contra cualquier país». En ese sentido, indicó que las autoridades de la isla iniciaron «procesos penales sobre personas involucradas en estas actividades».
El canciller Bruno Rodríguez reafirmó este lunes esta idea al señalar que el Gobierno «actúa con la fuerza de la ley» contra esas operaciones, en un mensaje en su cuenta de la red social X en el que compartió un enlace con el comunicado.
Presuntos reclutas
El pasado viernes, el canal América TeVe de Miami difundió testimonios de dos supuestos adolescentes que se encontraban en Cuba cuando fueron reclutados bajo engaño por personas que los contactaron por Facebook para trabajar como albañiles en obras de construcción en Ucrania junto al Ejército ruso.
«Por favor que nos ayuden, que nos traten de sacar de aquí lo más rápido posible porque tenemos miedo», dijo uno de los jóvenes de 19 años en un video publicado por el medio en su página web. «No podemos dormir porque no sabemos si en cualquier momento pueden entrar a hacernos algo», advirtió otro de los jóvenes, desde un colectivo en el que aparentemente eran trasladados desde Ucrania con militares rusos a la ciudad rusa de Riazan. Además, denunciaron haber sido golpeados.
El medio miamense presentó el audio de un testimonio anónimo de otro cubano que indicó también haber firmado un contrato de este tipo, que viajó de Cuba a Rusia y que pudo ver a otros 18 compatriotas en la misma situación. Una cuarta persona señaló haber puesto la firma en el acuerdo viviendo en Rusia. «Yo soy un cubano más que se encuentra aquí bajo contrato con las fuerzas armadas rusas», expresó el hombre al canal bajo anonimato y agregó que, igual que los demás casos, se alistó para legalizar su situación en Rusia y mencionó estar conforme con las condiciones.
En el comunicado que difundió recientemente la Cancillería, el gobierno cubano aclaró que «los enemigos de Cuba promueven informaciones distorsionadas que buscan empañar la imagen del país y presentarlo como cómplice de estas acciones, que rechazamos categóricamente».
Relación con Rusia
Rusia y Cuba estrecharon el año pasado sus relaciones en términos políticos y diplomáticos, y representantes del Gobierno de Vladimir Putin expresaron su voluntad de apoyar a la isla en medio de su peor crisis económica desde la implosión del bloque soviético en 1991.
A finales de 2022 el presidente Miguel Díaz-Canel se reunió con Putin en Moscú y este año sendas delegaciones de empresarios y oficiales visitaron ambos países. Una de estas giras la realizó en junio el ministro de Defensa cubano, Álvaro López Miera, quien fue recibido por su homólogo ruso, Serguei Shoigu. «Rusia planea desarrollar de manera conjunta con Cuba una serie de proyectos en el campo técnico-militar», expresó Shoigu a López Miera en sus conversaciones en el Ministerio de Defensa, según publicó entonces el diario cubano Granma.
Respecto a la guerra en Ucrania, la isla optó en varias ocasiones en la ONU abstenerse en
lugar de apoyar las posiciones del Kremlin. Sin embargo, sí criticó el «doble rasero» de la comunidad internacional, junto a Venezuela y Nicaragua. Tal fue el caso de una Asamblea General de la ONU que se realizó a menos de una semana del comienzo de la guerra, en el que se trataba de aprobar una resolución que condenaba la invasión rusa.
Los tres países justificaron la preocupación de Rusia por la ampliación de la OTAN hacia las exrepúblicas soviéticas. El más contundente fue el embajador de Cuba ante la ONU, Pedro Pedroso Cuesta, para quien las resoluciones de las Naciones Unidas no «tienen en cuenta las legítimas preocupaciones de todas las partes» en el conflicto. «No resulta posible examinar con rigor y honestidad la situación actual en Ucrania sin valorar detenidamente los factores que condujeron al uso de la fuerza», como son «el empeño estadounidense de continuar la progresión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia y la entrega de armas modernas a Ucrania, que equivalen a un cerco militar», consideró el representante cubano. «No es posible conseguir la paz cercando y acorralando a los estados», advirtió.