El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo durante un evento en una iglesia evangélica de Florida, Estados Unidos, que su «misión no ha terminado» y que tiene planeado volver a Brasil en las próximas semanas. «No existe nada mejor que nuestra tierra», aseguró el líder ultraderechista que desde su llegada a la ciudad de Orlando se hospeda en una residencia propiedad del exluchador de artes marciales brasileño, José Aldo.
«No sé por qué perdí»
«Yo quiero volver a Brasil, pretendo volver a Brasil en las próximas semanas», declaró Bolsonaro en el sur de Florida, durante un encuentro con seguidores brasileños reunidos en una iglesia evangélica. «Vale la pena el riesgo, pueden estar seguros de eso. La mayoría del pueblo brasileño está con nosotros«, dijo el exmandatario en la «Iglesia de Todas las Naciones», en Boca Ratón, unos 72 kilómetros al norte de Miami.
«Nuestra generación es parte de la historia brasileña, un Brasil olvidado, un Brasil robado, un Brasil saqueado», dijo Bolsonaro, quien agregó que su gobierno logró una renovada «admiración» por la bandera. «Empezamos a respetar nuevamente la familia tradicional, el respeto a la propiedad privada, el amor al prójimo», planteó ante una audiencia compuesta por al menos 400 personas.
Bolsonaro recitó una larga lista de logros de su paso como presidente, incluyendo el crecimiento del empleo y el «renacimiento del patriotismo» en Brasil. Frente a cada mención al presidente Luiz Inácio Lula da Silva se multiplicaban los silbidos y el cántico: «Lula, ladrón, tu lugar es la prisión». En cambio, la arenga del público a Bolsonaro era más simple: «Mito».
Respecto a la derrota en los comicios de octubre, el líder de ultraderecha afirmó: «No sé por qué perdí». Al igual que el expresidente estadounidense Donald Trump, Bolsonaro sigue sembrando dudas sobre la victoria de Lula en las urnas. Aunque las afirmaciones de ninguno de los expresidentes fueron corroboradas, los oradores del acto las repitieron sobre el escenario de la Iglesia de Todas las Naciones.
Mark Boykin, pastor de la iglesia evangélica que organizó el evento, presentó a Bolsonaro como el «recién elegido» presidente de Brasil y rezó en voz alta para que Estados Unidos y Brasil algún día «aprendan a contar cuando hay elecciones». Bolsonaro afirmó a su vez que «todos tienen una misión en la vida» y que la suya aún no está terminada, ganándose una ovación de sus seguidores.
Durante la celebración en Boca Ratón no hubo referencias directas al ataque perpetrado el ocho de enero por bolsonaristas a las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia, del que Bolsonaro se desligó tímidamente en un comunicado emitido desde Orlando, donde reside temporalmente.
Sin mencionar los disturbios, según recoge el Palm Beach Post, Bolsonaro dijo a sus seguidores que deben correr riesgos para superar los problemas que creen que está enfrentando el país. A pedido de la Fiscalía, el pasado 14 de enero la Corte Suprema de Brasil incluyó al expresidente en la lista de investigados por la intentona golpista.
«No existe nada mejor que nuestra tierra», dijo el militar retirado de 67 años que se encuentra en Estados Unidos desde el 30 de diciembre pasado, dos días antes de que tomara el poder Lula. Está pendiente de un cambio de visado solicitado por su abogado en enero para permanecer más tiempo en este país, al que llegó siendo todavía presidente.
Durante su estancia en Estados Unidos el expresidente acudió a varios eventos de ideología conservadora donde aprovechó para avivar su política y elogiar los éxitos de su mandato. Uno de ellos tuvo lugar la semana pasada en el encuentro «Power of the People», dirigido por Turning Point Usa, una organización sin fines de lucro destinada a las juventudes del ala conservadora del país estadounidense.
Dicho evento tuvo lugar en el Trump National Doral Miami, propiedad del expresidente Donald Trump, donde Bolsonaro arremetió contra los gobiernos de izquierda en el continente latinoamericano y remarcó cómo los mismos ponen en peligro lo conseguido hasta ahora: «Sabemos que la izquierda busca igualdad, pero quieren igualdad en la pobreza», advirtió el exmandatario brasileño.
Rechazo a los ataques a la democracia
Estas declaraciones de Bolsonaro se dan en sintonía con la primera visita a Estados Unidos desde su asunción del izquierdista Lula, quien se reunió el pasado viernes en la Casa Blanca con su par Joe Biden,. Durante el encuentro, Biden hizo referencia al asalto al Capitolio de Estados Unidos en enero de 2021 por partidarios del entonces presidente Trump y al ataque del pasado ocho de enero en Brasilia por parte de simpatizantes de Bolsonaro.
Ambos ofrecieron un discurso en el Salón Oval de la Casa Blanca, en el que Lula le agradeció a Biden el reconocimiento por su victoria electoral sobre Bolsonaro en las elecciones de octubre. «La democracia fue puesta a prueba en nuestros países, nuestras agendas mutuas suenan muy parecidas. Afirmo el apoyo sostenido de Estados Unidos a la democracia«, dijo Biden en referencia a que tanto él como Lula enfrentaron a aliados de la extrema derecha como Trump y Bolsonaro.
«Brasil estuvo cuatro años automarginándose, con un presidente al que no le gustaba mantener relaciones con ningún país. El mundo de él comenzaba y terminaba con fake news, era noticia falsa de mañana, de tarde y de noche, menospreciaba las relaciones internacionales», dijo Lula en otro tramo del encuentro. En ese momento, Biden lo interrumpió y entre risas dijo: «Eso me suena familiar».