El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, periodista y exasambleísta que ofrecía para su eventual gobierno mano dura contra la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción, dejó una ola de interrogantes en el escenario político ecuatoriano de cara a los comicios del 20 de agosto. El crimen de Villavicencio se suma al de otros políticos en los últimos meses como el alcalde de Manta, Agustín Intriago, y el candidato a asambleísta por Esmeraldas, Rider Sánchez, y es una muestra más del crecimiento exponencial de la violencia en el país latinoamericano.
Algunos de los rivales presidenciales de Villavicencio, asesinado este miércoles en Quito, anunciaron la suspensión de sus respectivas campañas e hicieron un llamamiento a la unidad frente a la crisis de inseguridad que atraviesa el país. Para Pablo Iturralde, dirigente de la Asamblea Nacional Ciudadana (ANC), el proceso electoral no se debe suspender sino que «hay que denunciar las maniobras del gobierno para hacerlo y extender su mandato de forma inconstitucional y dictatorial».
El impacto en los comicios
Simón Pachano, profesor en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sostuvo que «la mayor parte de las personas recibieron esto con estupor» y que, a pesar de la ola de violencia en el país, «nunca se había llegado a tanto». Para Pachano el crimen de Villavicencio, quien marchaba segundo en las encuestas presidenciales, puede provocar cambios notables en las elecciones.
«Puede afectar a la candidata correísta (Luisa Gonzalez) por el enfrentamiento que Villavicencio mantuvo con ellos y abre un interrogante sobre el segundo lugar. No sería extraño que su nombre ocupe ese lugar ya que no puede ser eliminado de la papeleta y habrá muchas personas que lo voten como una forma de rechazo y de dar el pésame«, planteó Pachano en diálogo con Página/12.
Poco después de confirmarse el asesinato, los candidatos Yaku Pérez y Jan Topic anunciaron públicamente la suspensión temporal de sus campañas. Pérez, quien quedó tercero en las elecciones de 2021 de la mano del movimiento indigenista Pachakutik, invitó a sus rivales «a dejar todos las banderas políticas y hacer un pacto social por la seguridad». El también candidato y empresario Otto Sonnenholzner se refirió a los miles de asesinatos ocurridos en el país en los últimos meses y pidió acciones al gobierno del derechista Guillermo Lasso, quien en mayo pasado disolvió la Asamblea Nacional forzando a convocar a unas elecciones generales extraordinarias.
En un mensaje a la nación, Lasso dijo que «el Estado está firme y la democracia no claudica ante la brutalidad de este asesinato» y subrayó: «No le vamos a entregar el poder y las instituciones democráticas al crimen organizado, aunque esté disfrazado de organizaciones políticas». Rápidamente Luisa Gonzalez le respondió: «Ecuador retomará la paz cuando usted se vaya, el 20 de agosto empezaremos a levantarte patria amada».
El expresidente Rafael Correa advirtió en su cuenta de Twitter que Ecuador se convirtió en un «Estado fallido» y expresó que «los que pretenden sembrar aún más odio con esta nueva tragedia, ojalá entiendan que aquello tan solo nos sigue destruyendo». Villavicencio fue uno de los mayores detractores del gobierno de Correa y denunció varios casos de supuesta corrupción en distintos gobiernos. Fue condenado a 18 meses de cárcel por injurias contra el expresidente, pero evitó la cárcel luego de estar prófugo hasta que el delito prescribió.
Pablo Iturralde remarcó que los grandes medios privados presentan el asesinato de Villavicencio «resaltando las denuncias y enfrentamientos contra el correísmo, ayudando a generar el framing (encuadre político) e induciendo para que la gente responsabilice a la Revolución Ciudadana de estos acontecimientos, lo cual ha provocado ya agresiones verbales y físicas en contra de militantes del correismo». Para el miembro del Centro de Derechos Económicos y Sociales, los ganadores y perdedores de esta situación están claros.
«En primer lugar, a nivel electoral, gana el empresario y economista Jan) Topic y los candidatos de las listas de Villavicencio, donde uno de los principales candidatos es Patricio Carrillo, quien hasta podría ser el nuevo candidato presidencial. También gana Lasso, porque se desvía la atención y presión de la ciudadanía sobre su terrible gestión de gobierno, y porque en la reunión del miércoles por la noche en Carondelet ha propuesto suspender las elecciones y extenderse en el tiempo como un gobierno antidemocrático, respaldado por la policía y los militares», sostuvo Iturralde a este diario, y agregó que, más allá de los candidatos, «gana la derecha mafiosa que se encuentra en diversos partidos y atrás de diversos candidatos, puesto que si se impide el triunfo de Luisa González, ellos continuarán mal gobernando el Ecuador».
¿Qué pasará con la candidatura de Villavicencio?
Más allá de los pronósticos electorales, todavía debe resolverse quién reemplazará como candidato a Villavicencio. El artículo 112 del Código de la Democracia ecuatoriano establece que «en caso de fallecimiento de un candidato la organización política o alianza que auspicie esa candidatura tiene derecho a solicitar la inscripción de una nueva postulación», que debe pertenecer al mismo partido. Sea quien fuera el reemplazo no podrá participar del debate presidencial previsto para este domingo, debido a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no dispone del tiempo suficiente para analizar su inscripción.
De no inscribir el reemplazo hasta antes de la jornada electoral del 20 de agosto, los votos que asigne el electorado al binomio Villavicencio-González no serían válidos. El Código de la Democracia, ley orgánica que rige sobre el sistema electoral, también señala que si el fallecimiento del candidato se da después de la impresión de las boletas, las mismas no podrán ser modificadas.
El diario El Universo reveló que un sector de las bases de la agrupación pide que la postulación sea asumida por Patricio Carrillo, quien encabeza la lista nacional de asambleístas, mientras que otro se inclinaba por la compañera de fórmula de Villavicencio, Andrea González. Sin embargo ninguno de ellos podría reemplazarlo ya que están calificados para candidaturas específicas (asambleísta y vicepresidenta respectivamente) y la norma electoral menciona que, una vez inscriptas, las candidaturas son irrevocables.