A Fani Willis no le tembló la voz cuando anunció el lunes por la noche la cuarta imputación contra Donald Trump, acusado de haber intentado manipular los resultados de las elecciones de 2020. «Es importante recordar que todas las personas imputadas son consideradas inocentes hasta que se demuestre lo contrario», expresó Willis con voz firme, alzándose con seguridad sobre un podio y frente a decenas de periodistas. Entonces fue mencionando uno a uno los nombres de 19 imputados en el caso, empezando por el expresidente al que identificó como cabecilla de una organización delictiva que conspiró para manipular los resultados electorales en Georgia.
Willis se convirtió en el rostro del caso en Georgia, manteniendo un perfil público elevado con múltiples comparecencias ante la prensa que no han estado exentas de críticas. El propio Trump ha utilizado su plataforma en Truth Social para atacar a Willis y cuestionar su investigación, alegando que está políticamente motivada. Pero Willis no ha cedido ante la presión, enfatizando que la transparencia es un pilar fundamental de su trabajo y reafirmando que todos son iguales ante la ley, sin importar su estatus o identidad.
La primera fiscal negra
«La dama de la justicia es ciega», afirmó Willis el año pasado en una entrevista, rechazando la noción de que funcionarios de alto rango, incluidos expresidentes, estén exentos de rendir cuentas. Willis se convirtió en la primera mujer negra elegida como fiscal del distrito del condado de Fulton, que abarca Atlanta, meses después de que el actual presidente Joe Biden le ganara a Trump en Georgia por un estrecho margen.
La fiscal inició la investigación contra Trump después de que el diario The Washington Post revelara en enero de 2021 que el exmandatario había presionado al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, para revertir los resultados en ese estado. Raffensperger, quien tiene la responsabilidad de certificar los resultados electorales.
Uno de los aspectos que distingue el caso de Willis de las otras tres causas penales contra Trump es su alcance: la fiscal ha usado para imputar a Trump una ley especial para combatir a la mafia. Con esa ley ha logrado entrelazar los delitos cometidos por Trump y sus aliados, amalgamándolos en una narrativa única en la que el expresidente emerge como el líder de una organización con una finalidad criminal compartida.
Willis, de 51 años, es reconocida por su inclinación a emplear la legislación anti-mafia para enjuiciar casos criminales de gran magnitud. Está utilizando dicha normativa para un caso relacionado con pandillas que involucra al rapero Young Thug, galardonado con un Grammy. En círculos judiciales, es reconocida por su habilidad para establecer conexiones con los miembros del jurado, los testigos y los detectives, así como por su firmeza para enfrentarse a quienes cree que están obstaculizando un caso.