Una víctima del franquismo testificará este viernes, por primera vez en España, en una causa abierta por torturas durante la dictadura de Francisco Franco. El testimonio de Julio Pacheco es posible gracias a la sanción de la Ley de Memoria Democrática, en octubre de 2022, una iniciativa insignia del gobierno de coalición del presidente Pedro Sánchez para resarcir a las víctimas del franquismo. Nunca antes un tribunal español había recibido querellas por crímenes de lesa humanidad.

Pacheco, jubilado de 67 años, presentó una querella por las torturas que sufrió luego de ser detenido en 1975 por miembros de la Brigada Político-Social, la policía secreta de la dictadura franquista. Esta declaración testimonial «puede abrir una grieta en el muro de impunidad que hemos sufrido durante tanto tiempo» las víctimas de la dictadura (1939-1975), declaró Pacheco a la agencia de noticias AFP desde su casa en un barrio popular del sudeste de Madrid.

«Es un hito importante. Ten en cuenta que hace (casi) 50 años que pasó todo esto. Hasta ahora nadie, ningún juez, nos ha admitido una querella, ni una declaración en sede judicial, y esta es la primera», celebró Pacheco. Su testimonio, que se desarrollará este viernes por la mañana en un tribunal madrileño, marcará un antes y un después: un centenar de querellas por crímenes cometidos durante la dictadura que recibieron los tribunales españoles no fueron ni siquiera admitidas, según organizaciones de víctimas.

Los vaivenes judiciales

Hasta ahora los crímenes del franquismo solo habían sido juzgados en Argentina en 2010, cuando la jueza María Servini de Cubría tomó testimonio a familiares de víctimas de la dictadura de Franco, basándose en el principio de la jurisdicción universal. Según las organizaciones, los tribunales alegaban que la Ley de Amnistía, aprobada en octubre de 1977 en la transición hacia la democracia, decretó la imposibilidad de perseguir delitos cometidos por los opositores políticos, pero también «por los funcionarios y agentes del orden público».

El diario digital Público recuerda que el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas, en su último informe periódico sobre España, el 27 de julio de 2023, consideró que la actual Ley de Memoria Democrática no elimina los obstáculos a la investigación de graves violaciones de derechos humanos. Por ese motivo instó al Estado español a adoptar las medidas legislativas y de otra índole necesarias para garantizar que los actos de tortura y las desapariciones forzadas no queden impunes. 

Originalmente la declaración de Pacheco iba a ser en julio pasado, pero se atrasó porque hubo un cambio de juez, quien dijo que quería «revisar» el caso motivando las quejas de asociaciones y familiares de víctimas. En esta ocasión la jueza Ana María Iguacel admitió la querella al constatar «la posible existencia» de delitos de «crímenes de lesa humanidad y torturas», según el expediente.

Las víctimas siempre sostuvieron que la tortura, en tanto delito de lesa humanidad, no prescribe tal y como lo establece la jurisprudencia internacional. En España «lo que se impuso fue un pacto de silencio y ha costado muchísimos años» romperlo, afirmó la esposa de Pacheco, Rosa García. Presidenta de la asociación de víctimas La Comuna, García intentó en 2018 presentar una querella, que no fue admitida, contra uno de los policías que la torturó en 1975.

Las torturas a Pacheco y su pareja

La mujer de 66 años declarará como testigo, ya que como parte de las torturas a su entonces novio, su marido desde hace más de 45 años, le enseñaban cómo la torturaban a ella. Ambos fueron detenidos en agosto de 1975 por integrar una organización estudiantil universitaria que pertenecía al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), que luchaba contra la dictadura.

Fueron llevados a la temida Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol madrileña, donde los torturaron por días varios policías, antes de ser llevados a la cárcel acusados de terrorismo. Un mes después de la muerte del dictador Francisco Franco, en diciembre de 1975, salieron en libertad bajo fianza. Meses después fueron indultados.

Pacheco querelló a sus cuatro torturadores, entre ellos José Manuel Villarejo, una oscura figura implicada en numerosos escándalos relacionados con la élite económica y política. Villarejo fue condenado en junio a 19 años de cárcel por espionaje en un primer juicio.

El jubilado madrileño dijo que, aunque desea ver a sus torturadores «sentados en el banquillo de los acusados», ya lo satisface el hecho de que su caso recuerde «lo que fue el franquismo», más aún cuando en España se hace fuerte la extrema derecha de Vox, crítica del afán de la izquierda por visibilizar a las víctimas del franquismo.

«Ahora tenemos aquí a Vox, tenemos una corriente muy fuerte que quiere volver a aquella época y yo creo que la única forma de contrarrestarlo» es «mostrar el atraso político» que implicó la dictadura, afirmó Pacheco, quien agregó: «La única forma de cerrar las heridas es con la verdad. Si no, están siempre sangrando».