El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo este jueves que el país no quiere «una Constitución partisana» y se mostró confiado de que el consejo constitucional que se instalará la próxima semana «buscará lograr una propuesta que pueda ser abrazada como suya por una amplia mayoría». Durante el discurso de su segunda cuenta pública, en el que hizo un balance de sus primeros 15 meses de gobierno, el mandatario recordó que la reforma del sistema de pensiones lleva siete meses paralizada en el Parlamento y subrayó que el gobierno «está disponible a conversar para cumplir el objetivo».
Una Constitución «incluyente»
«No queremos una Constitución partisana, sino una Constitución incluyente que acoja el libre juego democrático, que promueva los acuerdos, que acelere las decisiones para no seguir postergando reformas que para la ciudadanía son urgentes», indicó Boric ante el Parlamento.
El nuevo proceso constituyente en el que está inmerso Chile surgió a raíz del plebiscito del cuatro de septiembre, cuando el 62 por ciento de los ciudadanos rechazó la primera propuesta de Constitución, que proponía un cambio radical a la institucionalidad chilena y que fue elaborada por una convención de mayoría de izquierda.
La composición del nuevo órgano es completamente distinta al anterior y, en las elecciones del siete de mayo, la ultraderecha se hizo con 23 de los 51 escaños, lo que le da poder de veto de las normas constitucionales. El oficialismo solo consiguió 12 escaños y la derecha tradicional de Chile Vamos logró 11 consejeros. El último escaño es para un activista mapuche elegido en el cupo reservado a los pueblos indígenas, mientras que los partidos de centroizquierda que gobernaron durante la transición a la democracia se quedaron afuera del órgano.
Los 51 consejeros tomarán posesión el próximo siete de junio y tendrán cinco meses para trabajar sobre un anteproyecto escrito por un grupo de expertos designados por el Congreso. «Tengo confianza que se buscará lograr una propuesta que pueda ser abrazada como suya por una amplia mayoría de las chilenas y chilenos, de tal modo que podamos cerrar esta página y disponer de una certidumbre básica para desarrollar nuestras vidas y emprendimientos», indicó Boric, partidario de cambiar la actual Constitución heredada de la dictadura militar (1973-1990).
El mandatario progresista hizo campaña a favor de la primera propuesta, pero reconoció el error tras el fracaso en el plebiscito. La convención anterior, reconoció, «no hizo suya la necesidad de encuentro, de unidad, de entendimiento que necesitaban las chilenas y los chilenos, generando un clima de intolerancias recíprocas y de enfrentamientos que acabó en el rechazo a la propuesta que de ella emanaba».
«Visto en retrospectiva debimos ser más firmes y promovido y exigido mayor diálogo y consenso transversal, tanto dentro de la convención como respecto de ella con la sociedad», planteó Boric. Los dos procesos constituyentes, el de 2022 y el actual, surgieron luego del estallido social de 2019, las mayores protestas desde el fin de la dictadura, que dejaron una treintena de muertos y miles de heridos.
Reforma de pensiones
En otro tramo de su balance de gestión, el más largo desde el retorno a la democracia, Boric advirtió que los chilenos «no tolerarán un nuevo fracaso» en la reforma de pensiones e instó por ello a la oposición a dialogar y avanzar «con celeridad, responsabilidad y compromiso» en la tramitación de una ley que solucione lo que considera una urgencia nacional. «Tenemos el deber de mejorar las pensiones de los chilenos hoy, no mañana o en diez años más», dijo el presidente sobre un cambio en el ámbito previsional que lleva pendiente cerca de 15 años.
El actual gobierno insiste en la creación de un sistema mixto, con un aumento de la cotización hasta el 16 por ciento a cargo del empleador y la posibilidad de que el Estado gestione los fondos, aunque existan otros gestores de inversión privados como las actuales administradoras de fondos de pensiones (AFP).
Promesas en salud y educación
En materia de salud, el presidente se refirió a la crisis que enfrentan las aseguradoras privadas de salud por un fallo de la Corte Suprema que las obliga a pagar a sus afiliados montos asociados a cobros excesivos desde 2019 y a aplicar una tabla única de precios.
«Chile no podría entender un nuevo perdonazo», advirtió Boric por las críticas del gremio de las aseguradoras privadas al proyecto promovido por el Ejecutivo que busca dar cumplimiento al fallo de la justicia, para luego insistir en que su gobierno «está abierto a acordar soluciones y alternativas» que permitan cumplir el fallo «de manera responsable».
Boric también se refirió a los compromisos pendientes en materia educativa y prometió que, una vez aprobada la reforma tributaria, condonará la deuda por estudiar a la universidad, por una parte, y por la otra, pagará la deuda histórica que la dictadura contrajo con los profesores de escuelas públicas que en su momento no recibieron un reajuste salarial contemplado en la ley.