Este domingo se rindió homenaje en Puerto Príncipe a cientos de víctimas mortales de los grupos armados, entre ellas a los de la matanza del barrio Canaan, al norte de la capital, que intentaban desalojar a una banda que los atacó, matando a varias decenas de personas.
«Nos hemos reunido para rendir un merecido homenaje a todos los muertos en las masacres de Carrefour-Feuilles Rosemberg, Tabarre y Martissant, sin olvidar a los muertos en la matanza de Canaan», declaró el profesor Patrice Célestin, secretario general de un grupo llamado Résistance pour Haïti.
El pasado 26 de agosto varios centenares de fieles de la iglesia evangélica Piscine de Bethesda decidieron desalojar a la banda armada de Canaan de su bastión. Varias decenas de ellos fueron masacrados, heridos o quemados vivos, mientras que otros fueron secuestrados por los delincuentes.
«Fue un acto de valentía porque estas personas se enfrentaron a las bandas que les aterrorizaban. A todos los que fueron asesinados les decimos que se vayan en paz, pero que la batalla continúa, porque estamos decididos a enfrentarnos a (al primer ministro haitiano) Ariel Henry y a sus sanguinarios», agregó Célestin.
Al margen de la suspensión de la iglesia del pastor Marcorel Zidor, alias Marco, quien convocó a sus seguidores a una marcha que se dirigió hacia donde se encontraban los bandidos armados, no se ha producido ningún avance importante en el caso, desde que la Policía Nacional de Haití anunció la apertura de una investigación.
El pastor Marco fue invitado en dos ocasiones a comparecer ante los tribunales, pero no lo hizo.
Sin descartar la responsabilidad del religioso, Célestin consideró que los verdaderos culpables son las autoridades, porque son las que deben proporcionar seguridad a la población.
«Tenemos un Estado que ha fracasado en su misión. Un Estado servil y moribundo. Un Estado que elige masacrar a su propio pueblo para permitir que los extranjeros vengan a mancillar el suelo del padre fundador de la nación, y para permitir que los extranjeros saqueen nuestro subsuelo», afirmó a EFE el profesor.
Las familias de las víctimas culpan al pastor Zidor por haber organizado la marcha en la que, de acuerdo con una nota emitida dos días después la Policía Nacional, seguidores del líder religioso participaron con el supuesto objetivo de expulsar a los miembros de la banda capitaneada por Jeff, del barrio capitalino de Canaan.
Cientos de seguidores del religioso tomaron parte en la manifestación, vestidos con camisetas en las que se podía ver el logotipo del grupo religioso, mientras que otras personas, precisa el comunicado, iban con uniformes verde oliva y armadas con machetes y fusiles de asalto.
La policía aseguró que trató de dispersar la marcha, pero que muchos de los que participaban en ella burlaron el operativo y accedieron a la zona controlada por la banda armada.
La ONG Fondasyon Je Klere condenó el reciente aumento de los llamamientos a la violencia por parte de los ciudadanos para sustituir a las fuerzas del orden, ante la total indiferencia de las autoridades y en medio del deterioro de la seguridad.
Las bandas cobran cada vez más poder en Haití y controlan la mayor parte de Puerto Príncipe y sus alrededores, sembrando el terror mediante robos, asesinatos, violaciones y quema de viviendas.