El gobierno israelí prevé tomar medidas contra los migrantes de Eritrea que participaron el sábado en enfrentamientos con la Policía en Tel Aviv.  El premier Benjamin Netanyahu analiza la posible deportación o encarcelamiento de eritreos, informó la emisora pública Kan. Unas 170 personas fueron heridas en los disturbios, entre ellas docenas de agentes.

Entre los heridos, una quincena están ingresados en estado grave tras los choques del sábado, cuando enfrentamientos entre solicitantes de asilo procedentes de Eritrea, simpatizantes y opositores del gobierno de Asmara (capital de Eritrea), derivaron en fuertes disturbios con la Policía israelí. 

Todo arrancó cuando un grupo de eritreos boicoteó un evento ante la Embajada de Eritrea en el sur de Tel Aviv. Arrojaron «tablas y piedras, destrozaron tiendas aledañas y prendieron incendios», dijo la Policía, que dispersó los congregados con gas lacrimógeno, bombas aturdidoras e incluso disparos de bala.

Días antes, miembros de la comunidad eritrea pidieron a los autoridades israelíes que no permitieran la celebración del acto para evitar choques violentos, informaron medios locales.

Los disturbios se alargaron durante el sábado y tuvieron una dimensión que no se veía desde hace años en Tel Aviv, donde viven en gran medida los 25.000 eritreos que residen en Israel, en su mayoría solicitantes de asilo en un limbo legal, con un permiso de estancia temporal. Sin embargo, el Estado judío no les ha concedido estatus de refugiado y ya intentó deportar a parte de ellos en el pasado.