El presidente de EE.UU., Joe Biden, advirtió este martes ante la Asamblea General de la ONU que ningún país tendrá asegurada su independencia si Ucrania pierde la guerra, por lo que instó a detener la
«agresión descarnada» de Rusia.
El conflicto Rusia-Ucrania
El mandatario reivindicó la necesidad de continuar apoyando militarmente al Gobierno de Kiev para defender la integridad territorial del país europeo y disuadir a Rusia de que invada a otros países en el futuro. «Si abandonamos los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas, ¿podrá algún Estado miembro sentirse seguro? Si permitimos que Ucrania sea dividida, ¿estará asegurada la independencia de alguna nación? La respuesta es no», señaló.
Biden prometió que EE.UU. y sus aliados «seguirán al lado del valiente pueblo ucraniano en defensa de su soberanía, su integridad territorial y su libertad», tras lo cual fue aplaudido por parte del auditorio, incluido el mandatario ucraniano Volodimir Zelenski, quien visitará la Casa Blanca el jueves a pedir más ayuda y armamento para su contraofensiva. También se reunirá con miembros del Congreso estadounidense, donde la administración de Biden está tratando de apuntalar el apoyo a un nuevo paquete de ayuda a Ucrania de 24.000 millones de dólares frente a la creciente oposición republicana.
El día anterior al discurso de Biden, EE.UU. había asegurado su asistencia a la Asamblea General de la ONU «con la mano tendida a los países del Sur global», a quienes recordó que muchos de sus problemas fueron provocados o exacerbados por la invasión rusa de Ucrania. «Los rusos quieren hacernos creer que es culpa de Occidente, que ellos no tienen la culpa. Pero la inseguridad alimentaria, los problemas económicos y la inflación que enfrentan muchas de estas naciones fueron causadas por la guerra», manifestó el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby.
Luchas a dar
Biden admitió la necesidad de actualizar las instituciones internacionales para adaptarlas al siglo XXI y confirmó el inicio de «consultas serias» para tratar de ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU, compuesto únicamente por 15 miembros, de los cuales cinco –incluido Estados Unidos– tienen derecho de veto. «Necesitamos más voces, más perspectivas en la mesa. Naciones Unidas debe seguir preservando la paz, impidiendo el conflicto y aliviando el sufrimiento humano» expresó el mandatario, partidario de reforzar el papel de los países emergentes en organismos como el Fondo Monetario Internacional y el G20, al que se suma ahora la Unión Africana.
Dentro de este marco de cooperación, Biden se comprometió a trabajar para lograr «un mundo más seguro, más próspero y más equitativo», lo cual pasaría por asumir que «ninguna nación puede hacer frente sola a los desafíos de hoy en día», ni siquiera EE.UU. Entre los retos incluyó la lucha contra la corrupción y la defensa de la democracia, teniendo en cuenta que se debe rechazar cualquier señal de «violencia política», como quedó de manifiesto tras la «rápida sucesión» de golpes militares en el Sahel, afirmó. Washington respalda la labor de la Unión Africana y la Comunidad de Estados del África Occidental «para apoyar el orden constitucional», agregó.
Biden le pidió además a la ONU que autorice cuanto antes la intervención de una fuerza multinacional liderada por Kenia para aplacar la crisis de violencia en Haití, una iniciativa que reclamó el propio Gobierno haitiano durante meses. «Hago un llamamiento al Consejo de Seguridad a autorizar esa misión ahora. El pueblo de Haití no puede esperar más», expresó. También condenó los lanzamientos de misiles de Corea del Norte, se comprometió a evitar que Irán obtenga un arma nuclear y defendió la solución de dos Estados para el conflicto palestino-israelí.
La relación con el gigante asiático
Sobre China, su gran rival, el demócrata abogó por «gestionar de manera responsable» la relación entre ambas potencias y remarcó la necesidad de cooperar con Beijing en retos comunes como el cambio climático. Recordó las olas de calor récord en EE.UU. y China, los incendios forestales en América del Norte y el sur de Europa, las sequías en el Cuerno de África y las inundaciones en Libia. «Estos fenómenos nos están avisando de lo que nos espera si no reducimos de forma urgente nuestra dependencia de los combustibles fósiles y comenzamos a proteger a nuestro mundo», expresó.
En el contexto de la Asamblea General de la ONU, se reunieron el lunes el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el vicepresidente de China, Han Zheng. Allí, EE.UU. y China comenzaron a explorar la posibilidad de organizar una reunión a finales de este año entre Biden y el mandatario chino, Xi Jinping, explicó este martes un alto cargo del Departamento de Estado de EE.UU.
La fuente del Departamento de Estado explicó que fue un encuentro «sincero y constructivo» en el que pudieron «entrar a fondo» en los temas de la agenda bilateral «sin tantas formalidades». «Hay una expectativa de trabajar hacia un encuentro de ambos líderes para finales de este año. Desde el lado estadounidense creemos que sí va a ocurrir», afirmó. Biden y Xi se vieron por última vez en 2022 durante el G20 de Indonesia, un encuentro que el mandatario estadounidense dijo que quiere reeditar.