La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de detención contra el presidente ruso, Vladimir Putin. Lo acusa de ser responsable de supuestos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Apenas se conoció la noticia, el Kremlin salió a desestimar esa medida: “Es nula” y “sin sentido”. El mandatario podría ser arrestado y enviado a La Haya si viaja a cualquier Estado miembro del organismo.
La medida fue tomada solo un día después de que un organismo de investigación con mandato de la ONU acusara a Rusia de cometer crímenes de guerra de gran alcance en Ucrania, incluidos homicidios intencionales y tortura, entre otros hechos. La acusación habla de una presunta deportación ilegal de niños ucranianos en zonas en disputa que fueron ocupados por la Federación Rusa.
Moscú negó reiteradas veces las acusaciones de atrocidades durante la guerra que ya lleva un año. Y esta mañana, una vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso lo volvió a hacer. No solo rechazó la acusación sino que sostuvo que la orden de la CPI «no tenía ningún significado».
«Las decisiones de la Corte Penal Internacional son carentes de sentido para nuestro país, incluso desde un punto de vista jurídico», afirmó la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova.
En sintonía, el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, recordó cuál es la posición histórica de su país frente a organismos como la CPI. «Rusia, como cierto número de estados, no reconoce la competencia de ese tribunal, y en consecuencia, del punto de vista de la ley, las decisiones de ese tribunal son nulas«, declaró.
Precisamente, si bien es poco probable que Putin termine en la Corte en el corto plazo, la orden significa que podría ser arrestado y enviado a La Haya si viaja a cualquier Estado miembro de la CPI.
Por su parte, el gobierno de Ucrania celebró esta noticia con tono de advertencia: “Esto es solo el inicio”, dijo Andriy Yermak, jefe del gabinete presidencial. De la misma manera, otros altos funcionarios ucranianos celebraron la medida, como el fiscal general del país, Andriy Kostin, quien la calificó de «histórica para Ucrania y todo el sistema de derecho internacional».
Qué dice el fallo de la CPI
La orden de detención del organismo internacional no fue solo para Putin. También las hubo, por el mismo motivo, contra la comisaria presidencial para los Derechos de la Infancia en Rusia, Maria Alekseyevna Lvova-Belova.
El comunicado de la CPI dice que Putin «es presuntamente responsable por el crimen de guerra de deportación ilegal de población” y el “traslado ilegal de población de las zonas ocupadas de Ucrania hacia la Federación de Rusia».
Además, el texto indicó en potencial que «los crímenes habrían sido cometidos en territorio ucraniano ocupado al menos desde el 24 de febrero de 2022«. Frente a estos hechos, prosiguió, existen «motivos razonables para pensar que Putin es personalmente responsable de los crímenes mencionados».
El fiscal de la CPI, Karim Khan, declaró este mes tras una visita en Ucrania que los presuntos secuestros de niños eran objeto de «una investigación prioritaria».
Rusia mueve aliados
Las consecuencias de este fallo de la CPI son impredecibles. Rusia estuvo sujeta a sanciones occidentales sin precedentes desde que envió decenas de miles de tropas a Ucrania el 24 de febrero de 2022.
La noticia fue dada a conocer a solo días de la visita de estado que el presidente chino, Xi Jinping, realizará a Moscú, con el objetivo de fortalecer los lazos con el Kremlin.
Beijing y Moscú establecieron una asociación «sin límites» poco antes de la guerra y los líderes europeos y estadounidenses reconocieron que les preocupa que Beijing pueda enviar armas a Rusia.
China negó esas versiones y criticó duramente el suministro de armas occidentales a Ucrania, que pronto se extenderá a los aviones de combate después de que Polonia y Eslovaquia aprobaran las entregas esta semana.