A pesar del alto al fuego unilateral decretado por Rusia con motivo de la Navidad ortodoxa -entre el 6 y 7 de enero-, los bombardeos continuaron este viernes a ambos lados del frente en Bajmut -epicentro de los combates en el este de Ucrania- y en otras localidades del país.
Periodistas de la AFP oyeron disparos con artillería desde las dos partes del frente en Bajmut, una ciudad con calles en gran parte destruidas y desiertas, después del inicio teórico del alto al fuego a las 09H00 GMT del viernes. Pavlo Diatchenko, policía de Bajmut, dijo que la tregua era una «provocación» rusa. Los civiles «están siendo bombardeados día y noche y casi todos los días hay muertos», aseveró.
El ejército ruso aseguró, sin embargo, respetar su tregua y acusó a tropas ucranianas de «seguir bombardeando las ciudades y las posiciones rusas». El jefe adjunto de la administración presidencial ucraniana, Kirilo Timoshenko, informó de dos bombardeos rusos en Kramatorsk, otro en Kurakhove -en el este- y uno en Jersón (sur).
En la región de Lugansk (este) las autoridades locales dieron parte de 14 tiros de artillería y señalaron que los civiles se quedaron «todo el día en sus sótanos». Las autoridades separatistas prorrusas del este de Ucrania informaron, por su parte, de varios bombardeos en su bastión de Donetsk con disparos ucranianos de artillería en tres oportunidades, después de iniciado el cese del fuego declarado solo por Vladimir Putin. Los bombardeos fueron con proyectiles de 155 milímetros de los arsenales de la OTAN, especificaron en Telegram autoridades de esa provincia, uno de los territorios ucranianos anexados por Rusia en septiembre pasado. Ucrania, en tanto, denunció ataques rusos en Kramatorsk, donde un edificio residencial fue alcanzado por el bombardeo.
El llamado del patriarca
Siguiendo el llamado del patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa y del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Putin ordenó un «alto al fuego en toda la línea de contacto entre los bandos en Ucrania» desde las 09H00 GMT del 6 de enero hasta las 21H00 GMT del 7 de enero. Esta debía ser la primera gran tregua desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero.
Ucrania, sin embargo, recibió el anuncio con escepticismo. El presidente, Volodimir Zelenski, estimó que era una «excusa para frenar el avance» de las tropas de Kiev en el Donbás y llevar «equipamientos, municiones y acercar a hombres a nuestras posiciones». Putin había pedido a las tropas ucranianas que respetaran la tregua para permitir a los ortodoxos -fe mayoritaria en Ucrania y Rusia- «asistir a los oficios en Nochebuena, así como el día de la Natividad de Cristo».
Los aliados de Kiev reaccionaron con frialdad. El presidente de EE.UU., Joe Biden, estimó que Putin está buscando oxígeno: «estaba listo para bombardear hospitales, guarderías e iglesias» el 25 de diciembre y el día de Año Nuevo, recordó durante un discurso en la Casa Blanca. El ministro británico de Asuntos Exteriores, James Cleverly dijo que el alto al fuego «no contribuirá en nada para avanzar en las perspectivas de paz». Y diplomáticos alemanes aseguraron que la tregua no aportará «ni libertad ni seguridad» a Ucrania. Francia denunció un «burdo intento de Rusia de ocultar su responsabilidad». Y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, tachó el alto el fuego de hipócrita y poco creíble: «La respuesta que nos viene a todos a la cabeza es el escepticismo ante tanta hipocresía», dijo durante una visita en Fez, en Marruecos.
El amigo turco
En su conversación telefónica con Erdogan, Putin dijo que estaba dispuesto a entablar un «diálogo serio» con Ucrania, a condición de que ésta cumpliera las exigencias rusas y aceptara las «nuevas realidades territoriales» derivadas de la invasión del país. Moscú reivindicó en septiembre la anexión de cuatro regiones ocupadas al menos parcialmente por su ejército en Ucrania, a pesar de sus múltiples reveses militares en el terreno.
Zelenski insiste en la retirada total de las fuerzas rusas de su país, incluida Crimea, antes de entablar cualquier diálogo. De lo contrario, promete recuperar los territorios ocupados por la fuerza.
La posibilidad de una paz aun parece lejana. Putin acusó a Occidente de «suministrar armas y material militar al régimen de Kiev y facilitarle información». Estados Unidos y Alemania prometieron el jueves a Kiev proporcionarle vehículos de combate de infantería Bradley y Marder. Francia anunció que suministraría tanques ligeros AMX-10 RC. Y Berlín se comprometió a enviar una batería de defensa antiaérea Patriot, siguiendo los pasos de Washington.