El papa Francisco clausuró el domingo en Lisboa la Jornada Mundial de la Juventud (1 al 6 de agosto) ante una multitud que los organizadores estimaron en aproximadamente un millón y medio de personas llegadas de todas partes del mundo, superando en mucho las expectativas y reafirmando que el liderazgo del pontífice argentino también llega a sectores juveniles, aún en el «anciano continente» como él mismo calificó a Europa en el primer día de su visita a Portugal, un país el cual la feligresía católica sigue en descenso.
A pesar de que la centralidad de los mensajes estuvieron dirigidos precisamente a los jóvenes, Francisco no descuidó en ningún momento su preocupación constante por la guerra en Ucrania, y ante la multitud sostuvo que “de manera particular, acompañamos con el afecto y la oración a quienes no han podido venir a causa de conflictos y de guerras”. Y precisó el Papa que “en el mundo son muchas las guerras, son muchos los conflictos” pero “pensando en este continente, siento un gran dolor por la querida Ucrania, que sigue sufriendo tanto”.
Al mismo tiempo, y durante su estadía Portugal, se conoció una entrevista que el Papa concedió la revista española Vida Nueva. En esa oportunidad Francisco confirmó que siguen adelante las negociaciones en búsqueda de la paz en Ucrania, para lo cual encargó al cardenal italiano Mateo Zuppi. Sobre el particular agregó que “estoy pensando en designar un representante de forma permanente para que sirva de puente entre las autoridades rusas y ucranianas”. Y adelantó Begoglio que “después de la visita del cardenal Zuppi a Washington (donde se reunió con el presidente Joe Biden), la próxima escala prevista es Beijing porque ambos tienen también la llave para rebajar la tensión del conflicto”. “Es lo que yo denomino ‘una ofensiva de paz’ ”, subrayó.
En el mismo reportaje confirmó que “está en programa” su visita a la Argentina en el año 2024. “Veremos si se puede hacer, una vez que pase el año electoral. Terminadas las elecciones se puede hacer. En estos momentos solo pienso en Argentina… y quizás en Uruguay”. Para explicarlo dijo que “ya hubo varios intentos antes, pero las elecciones frustraron la visita”.
En Portugal al despedir a las y los jóvenes que llegaron hasta allí y que estaban reunidos en Campo da Graça (parque Tejo de Lisboa) junto al océano Francisco les dijo “amigos, permítanme también que yo, ya viejo, comparta con ustedes, jóvenes, un sueño que llevo en el corazón: el sueño de la paz, el sueño de los jóvenes que rezan por la paz, viven en paz y construyen un futuro de paz”. Y a modo de envío les pidió que ““de regreso a casa sigan rezando por la paz. Ustedes son un signo de paz para el mundo, un testimonio de cómo las diversas nacionalidades, las lenguas, las historias, pueden unir en lugar de dividir. Ustedes son esperanza para un mundo diferente. Gracias. ¡Sigan adelante!”.
El Papa también anunció que la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que organiza la Iglesia Católica cada cuatro años en distintas partes del mundo, será en 2027 en Seúl, Corea del Sur.
En la mayoría de las intervenciones a lo largo de la semana en Portugal, Jorge Bergoglio mantuvo el tono de prédica habitual, recordando su preocupación por los pobres, por los excluidos, por el cuidado de la tierra y del ambiente y por la paz en el mundo.
Le reiteró a la juventud asistente su pedido de “hagan lío” planteado en Río de Janeiro en 2013 a pocos día de asumir el pontificado . «Por favor, no caigan en la trampa de visiones parciales. No olviden que necesitamos de una ecología integral; necesitamos escuchar el sufrimiento del planeta junto al de los pobres; necesitamos poner el drama de la desertificación en paralelo al de los refugiados, el tema de las migraciones junto al del descenso de la natalidad; necesitamos ocuparnos de la dimensión material de la vida dentro de una dimensión espiritual. No crear polarizaciones sino visiones de conjunto«.
En distintas intervenciones el Papa les solicitó a las y los jóvenes presentes que sean capaces de «amar al prójimo tal como es» porque de ese modo podrán “derribar ciertos muros, ciertos prejuicios, llevando al mundo la luz del amor que salva», y los invitó a «ponernos a la escucha del Señor», lo que «nos hace personas capaces de escucharnos entre nosotros y de escuchar la realidad que nos circunda, las otras culturas, las voces de dolor de los pobres y de los más frágiles, y el grito de la tierra herida y maltratada«.
En medio de un clima de algarabía juvenil el Papa preguntó «¿Les gusta el fútbol?”. Y él mismo se respondió: “A mí me gusta mucho. ¿Saben que hay detrás de un gol? Mucho entrenamiento. En la vida se aprende caminando y si uno se cae, se levanta. Hay que entrenarse todos los días en la vida porque nada es gratis. Solo hay una cosa gratis: el amor de Jesús”, y finalizó diciendo que «la única situación en que es lícito mirar a una persona de arriba abajo es para ayudar a levantarlo». «No nos aislemos, procuremos unos a otros, juntos, hacer la experiencia de Dios, caminar en grupo, sin cansarnos y ayudar a los demás a levantarnos», subrayó Francisco.
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