Entre continuas interrupciones y reproches, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se enredaron en el primer y único debate cara a cara rumbo a los comicios del 23 de julio. «Déjeme hablar», «No es verdad», «¿Me deja hablar?», le dijo Sánchez en varias ocasiones a Núñez Feijóo, quien aseguró que el encuentro estaba resultando «muy bronco». A diferencia de lo que se esperaba, se vio a un Feijóo agresivo y un Sánchez más a la defensiva.
Cruces por la economía
Sánchez destacó que en estos últimos años el empleo creció «como nunca» en España, mientras que el crecimiento económico se multiplicó por cuatro «en circunstancias muy complicadas» y la inflación quedó por debajo del dos por ciento. «Vamos en la dirección adecuada, no podemos dar volantazos de manera brusca. Feijóo y Abascal (presidente de Vox) aspiran a derogar todo esto», alertó el gobernante socialista.
Feijóo le respondió a Sánchez que asegurar que la economía va «como una moto» es una «falta de respeto a los españoles» que tienen sentido del humor pero no son «tontos». Y advirtió que el presidente del gobierno tiene como «paradigma» económico la política de José Luis Rodríguez Zapatero, quien sostuvo que España estaba en la «Champions League». Para el líder del PP, su adversario Sánchez «tiene la política económica del populismo de Podemos, la política económica del Partido Comunista y una dosis pequeña del Partido Socialista».
«Machismo es otra cosa»
Sánchez acusó a Núñez Feijóo de estar pactando «a sabiendas» con un partido «machista», en alusión a Vox, mientras que el líder del PP le reprochó la «ley sanchista del sí es sí», que puso en la calle a 117 «violadores machistas» y benefició a pederastas. «Un error jurídico se corrige porque es un error, pero una declaración machista o xenófoba a sabiendas no es un error, es otra cosa», advirtió Sánchez.
«Debería usted callarse un poquito», le disparó Núñez Feijóo a su rival socialista, y argumentó que él mismo desarrolló una ley LGTBI en la Xunta de Galicia en 2014. El candidato del PP fue consultado por la violencia de género y cómo podrían afectarla sus pactos con un partido como Vox, pero esquivó durante todo el bloque hablar sobre esa cuestión.
«Una España moderna y admirada»
Ante la insistencia de Sánchez sobre los acuerdos entre el PP y la ultraderecha, Núñez Feijóo se comprometió a apoyar la investidura del líder socialista si el PSOE es la lista más votada el 23 de julio. El dirigente de derecha presentó esta propuesta buscando que Sánchez se comprometa a darle sus votos al momento de formar gorbierno y permitir así que el futuro presidente sea del PP si gana las elecciones, una oferta a la que el jefe del Ejecutivo no respondió.
Núñez Feijóo consideró que el presidente del gobierno español no puede dar «ninguna lección» sobre pactos, ya que durante su gestión negoció con el independentismo catalán y con los vascos de EH Bildu, a los que denominó el «brazo político» de la banda terrorista ETA. Sánchez reconoció haber tenido errores durante su mandato y aseguró que se le pueden reprochar muchas cosas, pero no que no sea un «político limpio».
Sánchez dedicó sus minutos finales a remarcar que un gobierno del PP y Vox puede terminar con las leyes que protegen a colectivos LGTBI, con la ley de la eutanasia y el derecho a una muerte digna y «con una España moderna que está siendo admirada». «PP y Vox nos quieren meter en el túnel del tiempo tenebroso, por eso le pido que vote con confianza, con esperanza y que vote al Partido Socialista», sostuvo el presidente del gobierno español.