Mientras mantiene su campaña para conseguir la nominación republicana en las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos, Donald Trump encara simultáneamente un total de 91 cargos distribuidos en 4 casos penales distintos. Es una situación sin precedentes en la historia del país, ya que se trata del primer exmandatario norteamericano imputado por delitos criminales.
Las acusaciones provienen de los estados de Washington, Florida, Georgia y Nueva York. Si
Trump llegara a ser condenado en los dos primeros antes de los comicios del año próximo y ganara, podría intentar indultarse. Sin embargo, ese poder no se extiende a los casos de Georgia y Nueva York, porque son procesos estatales. El presidente estadounidense sólo puede conceder indultos por delitos federales.
En Nueva York solo podría indultarlo el gobernador, actualmente demócrata, mientras que en Georgia las medidas de gracias son concedidas por una Junta de Indultos y Libertad Condicional, integrada por cinco miembros. Además, allí un criminal sólo puede solicitar un indulto al menos cinco años después de haber cumplido la pena de prisión y siempre que haya «llevado una vida respetuosa con la ley» desde su puesta en libertad.
La supuesta manipulación
De la totalidad de los cargos, 13 de ellos fueron anunciados en la noche del 15 de agosto después de que un gran jurado de Georgia acusara a Trump de intentar manipular los resultados de las elecciones de 2020 en ese estado, donde el demócrata y actual presidente Joe Biden ganó por un estrecho margen. La fiscal encargada del caso, Fani Willis, propuso el jueves a la corte que el juicio arranque el próximo 23 de octubre para no entrar en conflicto con las demás audiencias y juicios que el magnate tiene programados.
También presentan cargos penales por esta causa 18 de sus asesores más cercanos, como su exabogado personal y exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, y su exjefe de Gabinete Mark Meadows, entre otros. Todos los acusados fueron inculpados en virtud de una ley vigente en Georgia sobre la delincuencia en banda organizada, que se suele usar contra las pandillas y prevé penas de entre cinco y 20 años de prisión. Se trata de la llamada Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión (RICO, por sus siglas en inglés), que permitió condenar en el pasado a jefes mafiosos como John Gotti, al evitar que esos capos escaparan a la Justicia por no haber cometido los delitos supuestamente ordenados a otros.
El asalto al Capitolio
Otro caso tiene que ver con un gran jurado en el Distrito de Columbia, que presentó cuatro cargos federales contra Trump no solo por presuntamente haber intentado revertir los resultados de las elecciones de 2020, sino también por haber instigado el asalto al Capitolio durante la asunción de Biden. Los cargos, que podrían acarrear una pena máxima que sumaría 55 años de cárcel, son: conspiración para defraudar a Estados Unidos; conspiración para obstruir un procedimiento oficial; obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración contra el derecho al voto.
Debido a que el caso se enfoca en un ataque a un proceso central de la democracia estadounidense, se lo considera como el más significativo de las cuatro imputaciones en su contra, según indicó The New York Times. Todavía no se sabe cuándo se realizará el juicio. Los fiscales propusieron enero de 2024, pero Trump pidió un retraso hasta después de las elecciones de 2024, aunque sus abogados aún no presentaron una propuesta formal.
Documentos clasificados
La tercera causa tiene como escenario la ciudad de Miami, en Florida, donde un gran jurado imputó a Trump de 40 delitos federales por el mal manejo de materiales clasificados. En concreto, según la Fiscalía, tras dejar el poder en 2021, el magnate ordenó trasladar desde la Casa Blanca a su mansión en Mar-a-Lago decenas de cajas con recortes de periódicos, cartas, fotos y también cientos de documentos confidenciales, incluida información sobre secretos nucleares y planes de ataque a otros países. Esos documentos no habrían sido almacenados de manera segura, sino que acabaron en diferentes rincones de la residencia, como un dormitorio, un salón de baile y un baño, según mostraron fotos incluidas en el escrito de acusación.
Trump además habría conspirado para obstruir los esfuerzos del gobierno para recuperar los archivos, incluso desafiando una citación. Dos de sus empleados, Walt Nauta y Carlos De Oliveira, enfrentan cargos relacionados con conspiración para obstruir la investigación y por hacer declaraciones falsas. El juicio al ex mandatario por esta causa está previsto para el 20 de mayo de 2024.
Los sobornos
El caso que le valió al millonario republicano el controvertido honor de convertirse en el primer expresidente del país en enfrentar cargos judiciales fue el relacionado con la actriz porno Stormy Daniels. En marzo, un gran jurado en Nueva York presentó cargos contra Trump bajo la acusación de haber pagado 130.000 dólares a través de su abogado Michael Cohen a Daniels para que se mantuviera en silencio sobre una presunta relación sexual entre ambos diez años antes.
En este caso, Trump enfrenta 34 cargos estatales por falsificación de documentos mercantiles, cada uno de los cuales podría llevar consigo una pena de prisión de hasta 4 años. La fecha para el juicio está programada para el 24 de marzo del próximo año, coincidiendo con el apogeo de las primarias del Partido Republicano.
La campaña
Mientras continúan las acusaciones, el expresidente mantiene su narrativa e insiste en que todos los litigios tienen motivaciones políticas y buscan entorpecer su retorno a la Casa Blanca. Más precisamente, en toda ocasión se refiere a su situación como una «caza de brujas». También aprovecha y utiliza los casos en su contra para recaudar fondos para su campaña electoral y presentarse como el principal defensor de sus seguidores. La frase que repite una y otra vez en sus mítines es: «Al final, no vienen por mí. Vienen por ustedes, y yo solo estoy interponiéndome en su camino».
Trump no fue el miércoles al primer debate de los precandidatos a la nominación republicana para las próximas elecciones, por considerar que no lo necesitaba para darse a conocer. En su lugar, participó en una entrevista con el expresentador de Fox News, Tucker Carlson, en donde calificó sus cuatro imputaciones
penales como «estupideces». Además, criticó a las cadenas de televisión tradicionales afirmando que «ya no tienen credibilidad» y definió a los fiscales que lo imputaron como «animales salvajes, gente enferma».
El exmandatario defendió fervientemente su creencia de que los comicios de 2020 fueron fraudulentos, al tiempo que subrayó que los ciudadanos son personas inteligentes debido a que «por lo general si alguien es imputado baja en las encuestas». De acuerdo con los últimos sondeos, Trump tendría una enorme ventaja en comparación con el siguiente candidato, el gobernador de Florida Ron Desantis, al superarlo por casi 50 puntos porcentuales: Trump contaría con un 62% de intención de voto entre los votantes republicanos, mientras que Desantis un 16%. El resto de competidores no llegan a los dos dígitos.
Mientras tanto, solo dos de los ocho aspirantes republicanos a la Casa Blanca que participaron en el debate dejaron claro que no apoyarán al millonario si es condenado por alguno de los múltiples crímenes de los que fue acusado. Se trata de los ex gobernadores de Arkansas y Nueva Jersey, Asa Hutchinson y Chris Christie respectivamente. Este último insistió en que «alguien tiene que dejar de normalizar estas conductas» y señaló que independientemente de lo que se opine sobre los cargos contra Trump, su actitud en el asalto al capitolio del 6 de enero de 2021 fue «impropia de su cargo como presidente».
El panorama parece dar cuenta de que el millonario podría estar cerca de volver a la presidencia. Tampoco hay alguna ley constitucional que le impida presentarse como candidato pese a las cuatro imputaciones que tiene entre manos. Eso sí, sus abogados están trabajando para dilatar al máximo los procedimientos judiciales, con la esperanza de que Trump eluda la rendición de cuentas.
Informe: Axel Schwarzfeld