Uruguay reclamó a España la extradición de Carlos Américo Suzacq Fiser, de 72 años y radicado en Madrid, quien fue identificado por testigos como uno de los médicos que actuaban durante las torturas cometidas en la dictadura cívico-militar del país (1973-1985).
El 5 de noviembre de 2021, la Fiscalía había solicitado el enjuiciamiento y prisión del médico. La Audiencia Nacional de España resolverá el próximo 11 de enero la extradición de Suzacq, detenido en julio del año pasado tras una orden de captura internacional procedente de la Justicia uruguaya.
Testimonios
Así lo confirmó a la agencia EFE el fiscal uruguayo especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, quien aseguró que hay testimonios de una cuarentena de víctimas que ubican a Suzacq en el regimiento del Ejército en donde estuvieron detenidos, el denominado Sexto de Caballería, donde Suzacq «controlaba hasta dónde podían aplicar los tormentos a los detenidos».
Ubicado en el barrio de Piedras Blancas, en el norte de Montevideo, el regimiento funcionó entre 1972 y 1984 como centro de detención y tortura de los detenidos bajo la responsabilidad del Ejército y el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA).
En 2021 España ya aprobó la extradición del ex coronel Eduardo Ferro, procesado con prisión en Uruguay por un homicidio muy especialmente agravado y otros delitos cometidos durante la dictadura uruguaya, que estuvo enmarcada en el denominado «Plan Cóndor» acometido en Latinoamérica en las décadas de 1970 y 1980.
Además, según informó la Fiscalía General de la Nación, en la misma causa la jueza Silvia Urioste decretó el procesamiento y prisión de un militar retirdo al que solo identificó por sus iniciales E.A.R.P, por la comisión de dos delitos de homicidio muy especialmente agravados, en régimen de reiteración real, en mcalidad de coautor.
En el marco de la dictadura cívico militar imperante en territorio uruguayo desde el 27 de junio de 1973, se ilegalizaron distintos partidos y/o movimientos políticos de izquierda, entre estos, el Partido Comunista del Uruguay (P.C.U.), así como organizaciones sociales, como la Convención Nacional de Trabajadores (C.N.T.).
Al mismo tiempo se crearan o fortalecieran distintos organismos represivos, como el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (O.C.O.A.), el Servicio de Información de Defensa (S.I.D.), la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (D.N.I.I.), la Compañía de Contra Información y el Cuerpo de Fusileros Navales (FUS.NA.), agencias de poder punitivo.
Asesinatos
En ese contexto, el 29 de octubre de 1975, fue detenido E.B.H., de 47 años de edad, que integraba el Comité Central del P.C.U. y se desempeñaba como Secretario de Finanzas Departamental del partido.
La detención se produjo en horas de la noche, en la vía pública y fue inmediatamente trasladado al centro clandestino de detención “300 Carlos R” o “Infierno Chico”, donde fue objeto de apremios físicos y, unos días después, fue conducido a “300 Carlos” o “Infierno grande”, donde continuaron las torturas que determinaron su muerte entre el 1º y 5 de julio de 1976.
Hasta allí fue trasladado, entre otros, Luis Eduardo González González, militante del Partido Comunista Revolucionario (PCR) y estudiante de medicina desaparecido desde diciembre de 1974, cuando fue visto por última vez en condiciones físicas muy deterioradas.
Su esposa, la integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos Elena Zaffaroni, cuenta que, a fines de 1974 y estando embarazada, fue detenida junto a González mientras dormían para luego ser trasladados al centro, donde, durante los chequeos médicos, otra víctima reconoció a Suzaq, quien era amigo de una de sus hermanas.
El rol de Suzacq
«El rol de Suzacq era, por ejemplo, reanimar a los detenidos cuando sufrían un paro cardíaco durante las torturas», detalla Zaffaroni, quien fue testigo de las torturas hacia su esposo en el regimiento donde actuaba el médico.
Según la referente de la agrupación que reúne a familiares de los 192 desaparecidos durante la dictadura, años más tarde otra víctima supo que Suzacq visitaba Uruguay cada fin de año para reunirse con su familia y residía en Madrid, donde aún ejercía la medicina.
Investigando en la guía telefónica de España, buscaron médicos con su apellido y dieron con él, quien reconoció haber estado en «Sexto de Caballería» en la época pero dijo no saber nada sobre la desaparición de González y cortó la comunicación.
Sorprendida por la noticia de su detención y a la espera de que se concrete la extradición, Zaffaroni resaltó que «es muy importante que los involucrados vengan y declaren en Uruguay para resolver todas las preguntas que quedaron pendientes».