El dirigente opositor ruso Alexéi Navalni fue condenado este viernes a 19 años de prisión por cargos de «extremismo», que se suman a otros nueve por «malversación», en un veredicto denunciado por la ONU, que exigió su liberación inmediata.

 «Queda asignada a A. A. Navalny una sentencia de prisión por un período de 19 años que se cumplirá en una colonia de régimen especial», anunció el juez Andrei Suvorov, de un tribunal de Moscú, en su veredicto, según la agencia de noticias Tass y replicada por Europa Press.

Los cargos

La fiscalía alegó que Navalni, un exabogado, había creado una organización que socava la seguridad pública. El opositor ruso fue imputado en junio pasado por crear una «comunidad extremista», «fundar organizaciones que infringen los derechos de los ciudadanos», «financiar el extremismo» y llevar a menores a realizar «actos peligrosos» y «rehabilitar el nazismo».

«Alexéi Navalni fue condenado a 19 años en una colonia penal de máxima seguridad», indicó en la red social Twitter  la portavoz del disidente, Kira Yarmych. Un periodista de la AFP que asistía al juicio desde una sala de prensa en la penitenciaria IK-6 en Mélejovo (a 250 km de Moscú), indicó que Navalni sonrió al oír la sentencia y abrazó a otro acusado antes de que la transmisión fuese cortada.

La respuesta de Navalny

Poco después, en un mensaje publicado en Facebook, Navalni llamó a sus compatriotas a «resistir», sin dejarse amilanar por la represión. «Una banda de traidores, ladrones y canallas los obligó a entregar a Rusia sin combatir y se apoderó del poder. [El presidente Vladimir] Putin no debe lograr su objetivo», agregó.

 Navalni, de 47 años, fue arrestado en 2021 tras volver a Moscú desde Alemania, donde se había estado recuperando de un envenenamiento del que culpa al Kremlin. Desde entonces ya fue condenado a nueve años de encarcelamiento por denuncias de «malversación», que sus partidarios consideran inventadas en represalia por haber desafiado a Putin.

Reacción internacional

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió el viernes su «liberación inmediata». Esta última condena «plantea nuevas preocupaciones sobre el acoso judicial y la instrumentalización del sistema judicial de Rusia con fines políticos», afirmó Türk en un comunicado.

Por su parte, la Unión Europea (UE), a través de su Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, subrayó: “Este veredicto está políticamente motivado y demuestra la continuada instrumentalización del sistema legal ruso”.

La UE expresó en un comunicado su “condena enérgica” a la sentencia dictada por acciones que constituyen “actividades políticas y anticorrupción legítimas”. La UE lamentó además que las audiencias a Navalny se celebraran en un “entorno cerrado, inaccesible para su familia y observadores”. Según el mismo texto, “esta es una clara indicación de que el sistema legal ruso continúa siendo instrumentalizado contra el señor Navalny y de cuánto le temen las autoridades rusas». 

Estados Unidos condenó de inmediato la sentencia, que calificó como una conclusión injusta para un juicio injusto. «Estados Unidos condena la nueva sentencia y condena de parte de un tribunal ruso del político opositor y activista anticorrupción Alexey Navalny», señaló el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado.

«Durante años, el Kremlin ha intentado silenciar a Navalny y evitar que sus llamados a la transparencia y la rendición de cuentas lleguen al pueblo ruso», subrayó, agregó la agencia de noticas AFP.

Navalni tiene muchos seguidores en redes sociales, donde publicó videos sobre presuntos casos de corrupción en la élite rusa y consiguió movilizar protestas antigubernamentales. Su Fundación Anticorrupción, que investiga a los responsables rusos, fue prohibida por extremismo en 2021.

Su antiguo jefe de personal, Leonid Volkov, y otros colaboradores también fueron acusados de organizar o participar en una «comunidad extremista». La mayoría de sus aliados cercanos huyeron de Rusia.

La represión contra las voces disidentes aumentó después del inicio de la ofensiva rusa contra Ucrania en febrero de 2022 y empujó a la mayoría del acosado movimiento opositor al exilio.

Celda de castigo 

Los últimos días de Navalni antes del veredicto transcurrieron en una celda de castigo donde, según su portavoz, es enviado a menudo por pequeñas infracciones de las normas penitenciarias. En total, ha pasado casi 200 días en esa celda, según su equipo.

El opositor dijo que las autoridades penitenciarias le obligaron a compartir celda con un reo enfermizo y lo sometieron a él y al resto de presos a la «tortura de Putin», haciéndoles escuchar repetidamente discursos del presidente ruso. También se quejó de problemas de salud y de haber perdido mucho peso.

En abril, Navalni dijo que podría ser juzgado separadamente por cargos de terrorismo, pasibles de cadena perpetua.