Desde París
La tercera huelga y las manifestaciones convocadas por los 8 sindicatos contra la reforma del sistema de pensiones se celebran este martes 7 de febrero sin que nada haya cambiado realmente a pesar del éxito de las dos precedentes manifestaciones. El gobierno mantiene en pie un proyecto de ley que empezó a discutirse este lunes en la Asamblea Nacional, los sindicatos y la izquierda mantienen a la gente en la calle y la alianza de izquierda Nupes (primera fuerza de oposición) acentúa su trabajo de oposición parlamentaria.
De las 20 mil enmiendas depositadas contra el proyecto de ley, 18 mil fueron remitidas por Nupes (Nueva Unión popular ecologista y social donde se han agrupado Francia Insumisa, los ecologistas, los socialistas y los comunistas). Esta semana comienza entonces con un marco crucial en los dos escenarios de la confrontación, la calle y la Asamblea Nacional.
Hace unos días, la Primera Ministra Elisabeth Borne dijo que estaba dispuesta a hacer algunas “concesiones”. Sin embargo, estas no tocan el corazón del texto, es decir, la ampliación de la edad mínima para jubilarse de los 62 a los 64 años y están dirigidas sobre todos a sus aliados parlamentarios de la derecha de Los Republicanos, primero favorables y luego hostiles al proyecto de ley. Como el presidente Emmanuel Macron no cuenta con la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional necesita imperiosamente los votos de Los Republicanos para alcanzar los 289 votos necesarios a la aprobación del texto, es decir, los sufragios de su mayoría – Renacimiento, MoDem y Horizontes- más los 62 de la derecha.
Las falencias con las mujeres
El gobierno plasmó esas “concesiones” sin que ello fuera suficiente para convencer a los duros de la derecha (unos 15 diputados) y a los más moderados del macronismo. El gobierno cedió al incluir a los jubilados actuales y no solo los futuros como beneficiarios de un monto mínimo de jubilación (1.200 euros), adaptó al dispositivo para quienes empezaron a trabajar antes de los 21 años y se perdió en vagas promesas sobre los puestos de trabajo de las personas mayores. Para el debate que se inició este lunes queda pendiente el tema de la jubilación de las mujeres cuya carrera se interrumpe por el embarazo y la educación de los hijos. Aquí, derecha, centro e izquierdas están de acuerdo para apuntar las falencias de la reforma con respecto a las mujeres. Hasta el momento, el Ejecutivo no ha hecho gran cosa para corregir ese error. El gobierno sigue pensando con “responsabilidad” y “justicia” según expresa la narrativa oficial.
En el seno de los 8 sindicatos que están en primera línea la determinación no se ha movido. Luego de dos jornadas históricas de huelgas y manifestaciones, 19 y 31 de enero (2, 5 millones de personas según los sindicatos, 1,2 según la policía), cuya movilización superó las protestas de 1995 y 2010 el objetivo no cambia. Esa fuerte dinámica motivó la convocatoria a dos nuevas jornadas de huelgas y manifestaciones para este siete y 11 de febrero. ”Hay que amplificar la movilización”, dijo el Secretario General de la CFDT, Laurent Berger. Los sindicatos esperan menos gente, sobre todo en las manifestaciones del sábado 11 porque la fecha coincide con el inicio de las vacaciones escolares. Por esa razón, los sindicatos de la compañía de ferrocarriles SNCF adelantaron que el 11 no habrá huelga.
Pese a la densidad de las manifestaciones y huelgas, al gobierno no parece importarle mucho lo que ocurra en la calle, pero sí en la Asamblea Nacional. Necesita una mayoría para evitar que la ley sea aprobada por decreto, al cual ya recurrió 10 veces por falta de mayoría. Los sindicatos ya advirtieron al Ejecutivo de que “no sería razonable” gobernar una vez más por decreto. Si así ocurriese el gobierno saldría muy debilitado. En la Asamblea Nacional, la derecha y los macronistas moderados pugnan por modificaciones, los diputados de la izquierda radical de Francia Insumisa por el retiro total del texto y la extrema derecha aboga por que se lleve a cabo un referendo sobre la reforma. Será una semana con dos batallas simultaneas: en las calles de Francia y en la Asamblea Nacional.
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