Diez palestinos murieron y más de 80 resultaron heridos por balas en un ataque militar israelí este miércoles en Naplusa, en Cisjordania ocupada, donde se registran frecuentes enfrentamientos, según la Autoridad Palestina.
Además de un adolescente de 16 años, nueve hombres de entre 23 y 72 años murieron durante la incursión, anunció el Ministerio palestino de Salud. La Yihad islámica indicó que uno de los comandantes locales de su brazo militar figuraba entre los muertos.
Al menos 82 personas fueron hospitalizadas por heridas de bala en diferentes establecimientos de esta gran ciudad palestina, algunas de las cuales están en un estado grave, indicó el ministerio en un comunicado.
El operativo
El ejército israelí no comentó ese balance y dijo que no tenía «ninguna información para dar» sobre la operación por ahora. Las fuerzas israelíes indicaron poco antes que estaban llevando a cabo una operación en Naplusa, pero sin dar más detalles.
Se trata de la incursión más sangrienta en Cisjordania desde la del 26 de enero en Yenín, también en el norte de Cisjordania, donde 10 palestinos murieron, entre ellos combatientes y una sexagenaria.
Los soldados abandonaron la ciudad unas tres horas después de iniciado el ataque. Antes de retirarse soldados israelíes lanzaron granadas de gas lacrimógeno en dirección a jóvenes palestinos que tiraban piedras contra vehículos militares y quemaban neumáticos.
Un periodista de Palestine TV, Mohammed Al Jatib, resultó herido en la incursión, indicó un reportero de esa cadena de televisión. En la tarde, una multitud se reunió en la ciudad, incluido hombres armados, para un funeral. «Las autoridades de ocupación y el gobierno israelí de extrema derecha son responsables de esta horrible masacre», declaró.
La reacción palestina
Mohamed Shtayeh, primer ministro de la ANP, describió la operación militar como “terrorismo organizado” y denunció que Israel busca trasladar su crisis política interna al conflicto con los palestinos.
Por su parte un portavoz de la oficina del presidente de la ANP, Mahmud Abás, indicó que los incidentes de hoy son “un crimen por parte de las fuerzas de ocupación (israelíes)”.
A su vez Saeed Abu Ali, secretario general adjunto de la Liga Árabe para Asuntos Palestinos. acusó a Israel de “empujar a la región hacia una situación explosiva”, e instó al Gobierno de Estados Unidos a actuar de inmediato y “presionar a Israel para que detenga sus crímenes y agresiones contra el pueblo palestino”.
Jordania, el país vecino, hizo un llamado a la calma y dijo que trabajará «de manera intensa con todas las partes» para poner fin a la escalada de violencia.
«Prioridad»
Las fuerzas israelíes realizan desde hace casi un año operaciones presentadas como «antiterroristas» en búsqueda de «sospechosos» en el norte de Cisjordania, particularmente en las ciudades de Yenín y Naplusa, bastiones de grupos armados.
El último gran operativo israelí en Naplusa fue en octubre de 2022. Cinco palestinos murieron en un ataque contra el grupo armado Aren al-Usud («La guarida de los leones») con sede en la ciudad. En un mensaje publicado en Telegram, el movimiento indicó que participó en los enfrentamientos con las fuerzas israelíes y que realizó «una batalla de honor».
Estos últimos enfrentamientos ocurren cuando ha aumentado la violencia desde el inicio del año en Cisjordania, territorio palestino ocupado desde 1967 por Israel. Después del operativo de enero en Yenín, se registraron tiroteos entre grupos armados y el ejército israelí y se produjo un ataque en Jerusalén este.
Desde inicios del año, el conflicto israelo-palestino ha costado la vida a más de 50 palestinos (entre ellos miembros de grupos armados y civiles, así como menores), nueve civiles israelíes (entre ellos tres menores) y una ucraniana, según recuento de AFP a partir de fuentes oficiales israelíes y palestinas.
Asentamientos
Desde Nueva York, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, exigió que ya no se construyan asentamientos israelíes en territorios palestinos ocupados, al tiempo que condenó el «terrorismo» en medio de la renovada violencia en Cisjordania.
«Cada nuevo asentamiento es otro obstáculo en el camino hacia la paz», dijo ante el Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino (CEIRPP en sus siglas en inglés).
El gobierno derechista de Israel ha enfrentado críticas en las últimas semanas por la decisión de autorizar de forma retroactiva múltiples asentamientos en Cisjordania ocupada y construir nuevas viviendas.
«Toda actividad de asentamiento es ilegal según el derecho internacional. Debe cesar», afirmó Guterres, y agregó que «la incitación a la violencia es un callejón sin salida. Nada justifica el terrorismo».
El CEIRPP, un organismo que acoge a muchos países árabes y musulmanes, se reunió en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York horas después del operativomilitar israelí en Naplusa.
Guterres consideró que la situación «en el territorio palestino ocupado es la más explosiva en años» en un contexto de un «proceso de paz» israelí-palestino «bloqueado». «Nuestra prioridad inmediata debe ser evitar una mayor escalada, reducir las tensiones y restaurar la calma», subrayó.
Presente en la reunión, el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, advirtió que los territorios palestinos están «al borde de un gran estallido», debido a las «políticas y prácticas» del actual gobierno israelí. «Trabajaremos con usted, señor secretario general, pero debemos actuar», instó el diplomático palestino. «Estamos perdiendo credibilidad», se lamentó.
Este lunes, el Consejo de Seguridad de la ONU denunció, por primera vez en seis años, los asentamientos israelíes en los territorios palestinos, indicando que esas medidas «impiden la paz» y «ponen en peligro la viabilidad de la solución de dos Estados».
La declaración no tiene la fuerza vinculante de un proyecto de resolución considerado la semana pasada, que pedía a Israel el «cese inmediato y completo» de todos los asentamientos, pero que disgustó a Estados Unidos, que tiene poder de veto.
Aún así, Israel respondió rápidamente a la declaración, y la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que negaba los derechos «históricos» del pueblo judío. Israel ha ocupado el territorio palestino desde la Guerra de los Seis Días de 1967.