En marzo de 2018, la vida de Anielle Franco dio un giro tan dramático como inesperado que la llevaría al activismo político y, después, a ocupar la cartera de Igualdad Racial desde enero de este año. Su hermana cinco años mayor, Marielle Franco, fue asesinada a tiros en Río de Janeiro. Marielle llevaba un año en el cargo de concejala y encarnaba la voz reclamante por los derechos de los más vulnerables. “Desde entonces, el mes de marzo es más lucha todavía. Es el mes de la mujer, pero en Brasil también debe ser el mes del combate a la violencia política”, dijo la hoy ministra en el gobierno de Lula da Silva.
La búsqueda de justicia por el asesinato de su hermana motorizó el cambio de Anielle Franco. Cinco años atrás, no estaba en los planes de la profesora de inglés y jugadora de voley ser una política, menos encabezar un ministerio. “Yo era más tímida porque tenía a mi hermana Marielle que era la líder, nacida para el activismo y yo optaba por el bajo perfil”, dijo a la revista Time. Precisamente ese medio la eligió días atrás como una de las doce mujeres de 2023, una lista que también incluye a la actriz Cate Blanchett, ganadora de dos premios Oscar, a la campeona mundial de boxeo Ramla Ali y a la disidente iraní Masih Alinejad.
«Estoy muy orgullosa de haber sido la primera y única brasileña indicada como ´Mujer del año´ entre las doce escogidas por la revista estadounidense Time. Estoy muy feliz y no llego sola. Es un reconocimiento no solo a mí sino a todas las mujeres negras de Brasil», afirmó la activista de derechos humanos en sus redes sociales.
Así, Anielle Franco destacó principalmente la valoración para una mujer negra en Brasil, el segundo país con mayor población de descendientes de africanos en el mundo, pero que vive históricos y graves problemas de desigualdad racial. «Llego al lado de todas ellas y del Movimiento Negro. Soy la primera pero no seré la única. Que ese hito sea un reinicio para nuestra historia y el reconocimiento de toda nuestra lucha», afirmó.
Anielle Franco, proveniente de la favela Maré, asumió la lucha de su hermana por los derechos humanos, los afrodescendientes, las mujeres, los homosexuales y la población de las favelas desde la muerte de Marielle, asesinada a balazos el 14 marzo de 2018 en un crimen que conmocionó a Brasil y al mundo. La investigación del caso estuvo paralizada hasta que el pasado 22 de febrero el ministro de Justicia, Flavio Dino, pidió su reapertura. Ese freno tenía explicación: las pistas habían llegado hasta el expresidente Jair Bolsonaro, ya que la policía de investigaciones carioca había encontrado nexos entre la familia del político ultraderechista y los dos expolicías detenidos por matar a la concejala socialista.
Anielle ocupó un rol central en las protestas de miles en todo Brasil que pidieron que el asesinato no quedara impune -junto a su viuda Mónica Benicio- y fundó el Instituto Marielle Franco en julio de 2018.
La elección de Anielle Franco como ministra representa el ascenso de la temática de los negros como política pública, sostiene a Página12 la cientista política Sonia Fleury. Y agrega: «A mí me impresiona la educación que tuvo en su casa. Sus padres, migrantes del nordeste, son personas simples que criaron a sus dos hijas para que nunca bajaran la cabeza frente a alguien con poder, ambas muy fuertes y determinadas. Creo que hay algo familiar además de lo político y social».
Como ministra de Igualdad Racial, Anielle es responsable por exigir que el país le brinde oportunidades a segmentos de la población históricamente marginados. En un Brasil que hereda cuatro años de machismo exacerbado y flexibilidad en el uso de las armas. Según los últimos datos disponibles, correspondientes a 2021, una mujer es asesinada cada 7 horas en Brasil. Y de acuerdo al Instituto de Seguridad Pública de Río de Janeiro, crecieron los femicidios en los últimos años en ese estado: fueron 78 en 2020, 85 en 2021 y saltó a 97 el año pasado, incluso sin incluir los datos de diciembre.
Anielle no está sola y su trabajo es transversal con otras carteras. Son once las ministras del gabinete de Lula, quienes el 1 de marzo celebraron una reunión previa al Día Internacional de la Mujer y subrayaron la intención del gobierno de construir «un nuevo Brasil, con y para las mujeres». La titular de Mujeres, Cida Gonçalves, hizo hincapié en que, aún cuando no llega a tener una composición paritaria, el gobierno de Lula es el que más ministras tiene en la historia de Brasil, con 11 sobre un total de 37 miembros. «Estamos comenzando a construir un nuevo país, con y para las mujeres, porque solo existe democracia cuando existe participación de la mujer», declaró Gonçalves en la ceremonia en el Palacio presidencial del Planalto.
Y más, se trata de proteger a las mujeres y de combatir la cultura del machismo y el racismo, en un país donde las mujeres negras representan un 28 por ciento de la población. Con cuatro años por delante para ejercer sus funciones, Anielle Franco, madre de dos nenas, se permite soñar. «Espero que las personas negras se vuelvan protagonistas y que no aparezcan en las tapas de los diarios como víctimas de un genocidio. Recién ahí, Brasil se volverá el lugar feliz que el resto del mundo creía que era antes del asesinato de Marielle y de la presidencia de Bolsonaro». Lo dice esta joven ministra de 38 años, la edad que Marielle tenía cuando la mataron.