El Fisco Federal de Brasil anunció este lunes que investigará un segundo paquete de joyas que Arabia Saudita le regaló al expresidente Jair Bolsonaro, el cual habría sido introducido a Brasil de forma irregular por miembros del Gobierno ultraderechista. 

El órgano responsable de las aduanas dijo en una nota que «tomará las medidas que correspondan» para «el esclarecimiento y cumplimiento de la legislación” y para «averiguar el destino de la mercancía», tras las nuevas informaciones publicadas en la prensa brasileña.

El diario O Estado de Sao Paulo reveló que el Gobierno de Bolsonaro intentó ingresar al país, de forma ilegal, joyas valuadas en 16,5 millones de reales (3,2 millones de dólares) que las autoridades saudíes habían regalado a la entonces primera dama, Michelle Bolsonaro, en octubre de 2021.

El Fisco las confiscó en el aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, tras hallarlas en la mochila de un asesor de la comitiva del ministro de Minas y Energía de Bolsonaro, Bento Albuquerque, y que no fueron declaradas.

Bolsonaro intentó ocho veces liberar esos exclusivos obsequios antes de finalizar su mandato el pasado 1 de enero, pero no tuvo éxito. Sin embargo, según O Globo, al parecer hubo un segundo paquete de joyas compuesto por un reloj, un bolígrafo y un anillo de la marca suiza Chopard, según O Globo, que sí habría pasado por la aduana y sin ser declarado.

El asesor Albuquerque confirmó a O Estado de Sao Paulo la existencia de ese segundo paquete de joyas que, como el primero, fue un regalo del Gobierno de Arabia Saudí para los Bolsonaro, aunque el hoy exministro asegura que no recuerda quién lo transportó. «Cuando llegamos a Brasilia, abrimos el otro paquete, que tenía un reloj, era una caja de reloj; no sé si había algunas cosas más. Era un regalo. Entonces hicimos un documento, lo enviamos al Fisco o al Servicio Federal de Patrimonio… No sé; quién hizo eso, fue el gabinete (del Ministerio)», dijo Albuquerque al diario.

El Fisco indicó este lunes en el comunicado que ese segundo paquete «solo pudo ser introducido» al país «por otro viajero», diferente de aquel que fue objeto de una inspección que resultó en el decomiso de las primeras joyas valoradas en 3,2 millones de dólares. «El hecho puede configurar, en teoría, una infracción de la legislación aduanera por parte del otro viajero, por falta de declaración y recaudación de impuestos», añadió.

Bolsonaro, quien se encuentra en EE.UU. desde diciembre pasado, negó cualquier «ilegalidad» al respecto, mientras que el actual ministro de Justicia, Flavio Dino, ha ordenado a la Policía Federal investigar el asunto.

Según la legislación brasileña, el Gobierno podía haber recibido las joyas si hubieran sido declaradas como un «regalo oficial», aunque en ese caso habrían quedado en propiedad del Estado brasileño.

Al ser declarados como objetos personales, la única manera de recuperarlos sería pagando el impuesto de importación, que alcanza el 50 por ciento del bien confiscado, y una multa de más del 25 % por intentar introducirlos de manera irregular.